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Los “vales de medicina”, otra trampa más

Ahora quieren que nosotros hagamos su trabajo

Martes 2 de junio de 2015, por OLEP

¿Has visto u oído el anuncio del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) que dice “Vales de medicina, propuesta cumplida”? Veamos de qué se trata este engaño que no soluciona la situación de desabasto de medicamentos, ni mejora la atención de la salud, pero sí cumple el objetivo de servir de campaña electoral para mantener engañados a los ingenuos. En FRAGUA le explicaremos de qué se trata pa’ que no se crea otro cuento más del gobierno y los partidos de la burguesía.

A mediados del mes de marzo fue anunciado con bombo y platillo un programa mediante el cual se implementaría un mecanismo de abasto de medicamentos para los derechohabientes del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Por supuesto, no han faltado los oportunistas que pretenden colgarse la medallita en reconocimiento a su “gran logro legislativo” en materia de seguridad social. Pero, ¿cuál es el fondo de este programa oportunista y electorero?

En primer lugar, el programa sólo aplica para medicamentos faltantes en las unidades de medicina familiar, es decir, del primer nivel de atención que, por lo general, no son tan costosos y su abasto no está tan comprometido. Por el contrario, los medicamentos que se requieren en hospitales o en consulta externa especializada, donde el desabasto es mayor y su falta repercute considerablemente en la salud de los derechohabientes, no se encuentran incluidos en este programa, quizá porque son costosos o quizá porque “alguien” los “sustrae” y obtiene de su venta un jugoso beneficio económico.

En segundo lugar, para acceder a este “beneficio” es preciso realizar los trámites que caracterizan a estas instituciones: esperar horas para entrar a la saturada consulta de medicina familiar, formarse con la receta por largo tiempo en la farmacia para que le digan que no tienen el medicamento y que debe volver a formarse en la coordinación para que le pongan un sello a su receta que la convierte en un vale. Por si fuera poco, cuando tenemos el famoso vale hay que buscar en una lista para ver en qué unidad de medicina familiar, diferente a la que estamos adscritos, tenemos que acudir a cambiar la receta. O bien, si preferimos, podemos ir a un gran centro de canje de medicamentos, por supuesto de lunes a viernes.

Sin duda, para quien necesita estos medicamentos es mejor pasar por esto a no tener nada con qué tratarse, sin embargo, si lo reflexionamos, ¿qué es lo que en realidad están haciendo el IMSS y el ISSSTE? Pues están tratando que nosotros, los derechohabientes, remediemos las deficiencias en el sistema de distribución y abasto de las instituciones cuando, por el contrario, el IMSS y el ISSSTE tienen la obligación de distribuir la dotación de medicamentos de acuerdo a las necesidades de la población de una unidad determinada. Así pues, resulta que con el vale de medicinas el derechohabiente tiene que perseguir su medicamento, pero de ningún modo se resuelven los problemas de corrupción que hay en el IMSS y el ISSSTE que, entre otras cosas, como la falta de presupuesto, provocan el desabasto de medicinas. Pareciera más bien una argucia mercadotécnica con fines electoreros, para engañar a la clase trabajadora, al proletariado. Usted se preguntará, entonces ¿de quién es responsabilidad todo esto? No es del médico familiar que atiende a usted y a otros 45 pacientes diarios, ni de las enfermeras que trabajan día y noche, ya que, los que deciden por dónde van las políticas de las instituciones de salud pública son el gobierno y las autoridades del sector salud quienes, aplicando medidas neoliberales, engatusan a la gente y juegan con la salud del pueblo, con el fin de continuar en el poder.

Esta situación es parte de una serie de medidas encaminadas a favorecer el desmantelamiento de las instituciones de salud pública y su privatización, ya que si fuese un problema únicamente de presupuesto ¿por qué los medicamentos que cambiamos en otra unidad son los mismos que deberían darnos en nuestra clínica? Más bien están desamparando a estas instituciones, tanto en recursos económicos como en derechos laborales de los trabajadores del sector. Primero fueron los enfermeros, los rehabilitadores físicos y los trabajadores sociales, ahora ha comenzado el despido del personal de intendencia para sustituirlo por empresas privadas de limpieza, en las cuales los trabajadores carecen de un contrato colectivo de trabajo y de los derechos laborales más básicos. Sólo para rematar, pensemos en manos de quién queda el dinero que tenemos que gastar comprando los medicamentos que necesitamos… ¡claro! en los dueños de las compañías farmacéuticas.

¿Qué podemos hacer? Principalmente, informar a los que no están enterados para comenzar a organizarnos. Los integrantes de la OLEP realizamos brigadas de información y agitación afuera de clínicas, hospitales, escuelas, transporte público, etcétera, para informar y denunciar éstas y otras medidas neoliberales, con el fin de despertar la indignación y el descontento, y juntos sumar a más compañeros del sector salud y derechohabientes a la lucha por frenar ésta y otras tantas injusticias de las que somos objeto los proletarios de este país.

¡Porque la lucha por un sistema de salud universal, gratuito y justo es parte de la lucha por el socialismo!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección SALUD del No. 7 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 29 de abril de 2015.

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