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Posicionamiento en el marco del día nacional del maíz

Lunes 30 de septiembre de 2013

29 de septiembre de 2013

¡Ahora es cuando, para luego es tarde!
Dejemos germinar nuestra semilla contra el hambre.
Sembremos esperanza, hagamos milpa.

En el mundo entero y particularmente en Latinoamérica los pueblos se movilizan para defender sus bienes comunes: Lxs campesinxs de Colombia nos acaban de dar el ejemplo con su huelga nacional que logró derogar una injusta Ley de semillas y el Congreso de El Salvador prohibió pesticidas agrícolas que afectan la salud y los alimentos. Desde el embate del libre mercado la resistencia se incrementa, y se hace posible la unidad entre diversos movimientos sociales, que al unísono exigen y construyen libertad, justicia y vida digna. En México movimientos, colectivos y organizaciones sociales asistimos a tiempos difíciles, con obstáculos y ataques que nos ponen los de arriba. Sin embargo, el mal gobierno no consigue vencer la fuerza de los pueblos que luchan por derrocar este sistema opresor que se nos quiere imponer.

El día de hoy 29 de septiembre de 2013 celebramos, por quinto año consecutivo, a nuestro maíz, nuestra milpa y nuestros campesinos. Desde hace cinco años organizaciones diversas hemos impulsado este día para celebrar, y ahora más que nunca, para defender nuestro campo, nuestro maíz, y la biodiversidad que en el sistema milpa se genera, frente a los intentos de grandes capitales transnacionales de apropiarse y arrebatarnos esta planta fundadora de nuestra historia. Con esta celebración la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, junto con el Carnaval del maíz hacemos milpa, llamamos a poner a México en nuestras bocas, a sembrar paz, y exigimos nuestro derecho humano a una alimentación, sana, adecuada y de calidad.
Este día es de celebración por el regalo de la tierra, materializado en las milpas, y el maíz. También es un día de lucha frente a los intentos de unos cuantos por privatizar nuestro país y nuestros bienes comunes naturales. Celebramos y defendemos el maíz, y desde aquí también defendemos lo que a nuestro pueblo le pertenece: recursos, territorios y riquezas.

Hambre en México, abandono y amenazas en el Campo

Por siglos, gracias a la milpa y a los pueblos que la siembran, las y los mexicanos hemos gozado de una buena alimentación. Ahora el campo agoniza no por causa de sus campesinas y campesinos, sino porque los poderosos les despojan de todo incentivo y posibilidad de seguir sembrando su tierra, y los condenan a migrar en las peores condiciones.

En tanto unos cuantos se enriquecen con los subsidios y generan alimentos chatarra que nos tienen mal alimentados: bimbo, sabritas, nestlé, las refresqueras, por mencionar algunos. El sistema imperante -tanto político como económico- arrastra al campo a morir lentamente para apropiarse del jugoso negocio de la alimentación y de los recursos naturales que nuestra tierra genera: agua, minerales, semillas.

La consecuencia de este modelo es clara: México tiene hambre y además está obeso. Cifras de organismos internacionales, e investigaciones especializadas, nos demuestran que en nuestro país alrededor de la mitad de su población padece hambre. Aunque el gobierno actual haya cambiado los métodos de medición de la pobreza, las cifras son igual de escandalosas: 13 millones de personas en pobreza extrema y, por tanto, que no tienen condiciones mínimas para alimentarse. Pero si calculamos el ingreso de las familias mexicanas y hacemos una correlación con lo que destinan a alimentarse, entonces el número de personas con hambre se eleva hasta cuatro veces, ya que la alimentación a la que pueden acceder las y los mexicanos, en función de lo que pueden adquirir por sus salarios, es insuficiente y de mala calidad. Esto golpea con más fuerza a los grupos sociales que históricamente se encuentran en grave situación de vulnerabilidad.

En resumidas cuentas: se nos condena a una mala alimentación que no cubre los requerimientos necesarios para un pleno desenvolvimiento tanto físico como mental. Nos imponen una manera de alimentación basada en la “chatarrización” de lo que ingerimos para nutrirnos. Nos condenan a violaciones graves a nuestros derechos a la alimentación, la salud y a una vida digna, al imponer en su Cruzada contra el Hambre, a transnacionales como Nestlé y Pepsico, que han sido expulsadas de otros países por la mala alimentación y venta de productos chatarra haciéndolos pasar como sanos. Y nos impiden la posibilidad de alimentarnos de nuestra tierra, y de alimentos producidos por campesinas y campesinos.

Surge, entonces, una fuerte necesidad de vislumbrar e implementar una propuesta integral para el campo y los sistemas alimentarios. Es importante construir una política alimentaria basada en modelos que nos lleven a la autosuficiencia y Soberanía Alimentaria, recuperando la sustentabilidad de los agroecosistemas, y que garanticen los derechos humanos de todas las personas

Lamentablemente la introducción en general de cultivos transgénicos, y en particular la siembra de maíz transgénico, agravaría lo que anteriormente hemos dicho. El mal gobierno intenta legitimar la siembra de transgénicos con el falso discurso de erradicar el hambre y hacer más eficiente la producción en el campo mexicano. Nosotras y nosotros decimos que si estos cultivos siguen fomentándose entonces la emergencia alimentaria será todavía más grande.

Empresas como Monsanto intentan patentar la vida, despojar a los pueblos de su historia y de sus formas ancestrales de producir y consumir alimentos. La siembra de estos monocultivos transgénicos implica graves violaciones a los derechos colectivos de pueblos indígenas, comunidades productoras de alimentos, y en general a los derechos humanos de la población mexicana, en especial los derechos a un medio ambiente sano y a una alimentación de calidad. Por tanto, el Estado es el principal responsable de estas violaciones estructurales a los derechos de las personas que habitan o transitan en el país.

Tenemos certeza de que el uso racional y eficiente de los bienes naturales, además del impulso de políticas públicas que incentiven a la y al pequeño-mediano agricultor son pasos para una verdadera y asertiva política alimentaria del país, que tendría repercusión en la calidad y asequibilidad de alimentos a los que accedan las personas en México.

Invitamos a hacer milpa y dejar germinar nuestras semillas

Como organizaciones campesinas, productoras, ambientalistas, académicas, de derechos humanos y de consumidores; como jóvenes, como población mexicana llamamos al pueblo de México a hacer milpa. Estamos convencidos que éste es el momento de actuar, que después será demasiado tarde. Ahora que se anuncia la unidad; ahora que estamos convergiendo frente al mal gobierno. Ahora que sabiéndonos en diversidad como la milpa, podemos articularnos, construir y defender lo que es nuestro: Milpas y maíz, petróleo, educación, minas, salud, alimentación, agua, buen vivir. Haciendo posible la paz con inclusión, respeto, equidad, dignidad, justicia y esperanza. “Ahora es cuando, para la luego es tarde”.

El tiempo se acaba, pues el gobierno en turno trabaja con prisa para otorgar permisos de siembra de maíz transgénico de forma comercial y masiva, avasallando así la dignidad de los pueblos, y privatizando la vida misma. En este Día del Maíz nos oponemos a la siembra de cultivos transgénicos y, en particular, a la de maíz transgénico, sean en la fase que sean.

Nos pronunciamos por una política alimentaria seria y garante de derechos. Para ello es necesario un firme compromiso del gobierno en sus tres poderes y niveles con la Autosuficiencia y Soberanía Alimentaria y el rescate del campo.
Exigimos al Estado que, con base en la obligaciones que le impone la Constitución Política de México, destine todos los recursos posibles, y genere las medidas necesarias, para garantizar nuestro derecho humano a una alimentación de calidad, suficiente, sana y nutritiva.

Denunciamos que el aparato represor busca por todos los medios acallar las voces que exigen sus derechos y disienten del Estado; prueba de ello es la constante criminalización e incluso asesinato de personas y colectivos que se organizan para incidir en los debates públicos y defender sus derechos. Reprobamos, pues, la honda criminalización de la protesta social y el uso de la justicia penal para inhibir derechos que como ciudadanos y ciudadanas podemos ejercer en los espacios públicos, mismos que por ser públicos pertenecen a las personas con independencia de las formas de uso y manifestación.

Por ello, hoy llamamos y nos unimos a la lucha contra la privatización del país, contra el desojo de territorios, bienes y riquezas comunes. Respetando las diferencias y la autonomía de cada organización y colectivo.

Así también nos solidarizamos con todas las personas que en estos momentos sufren los estragos de los desastres naturales. Con ellas y ellos también estamos y nos unimos en estos momentos difíciles.

Llamamos y nos unimos a otras luchas actuales en México

En este momento coyuntural expresamos nuestro total respaldo a la lucha emprendida por los maestros, y rechazamos la reforma educativa que elimina sus derechos laborales e impone un modelo educativo acorde con los intereses privados. Sabemos que su lucha es nuestra lucha, pues mientras defendemos nuestro campo y al maíz frente a capitales internacionales, el magisterio se organiza y defiende nuestro derecho a una educación de calidad. Es una lucha común para detener el embate del despojo y la explotación capitalista y transnacional.

Asimismo, nos sumamos a las voces y convocatorias que han surgido en los diversos espacios organizados. También desde el campo, y desde la lucha por la buena alimentación, hacemos un llamamiento a la Nación para organizar la resistencia civil y pacífica encaminada a alcanzar la soberanía, libertad, justicia y paz que tanto anhelamos.

Hacemos propia la lucha contra la reforma energética que busca entregar la principal fuente de ingreso del país en manos de capitales privados. Hallamos convergencia en que también nuestro maíz pretende entregarse en manos de empresas privadas como Monsanto. Así entonces la lucha tiene un enemigo en común: el mal gobierno coludido con grandes corporaciones que pretenden despojarnos de todo aquello que nos puede garantizar una vida digna. ¡El maíz y petróleo se defienden no se venden!

Así también, rechazamos el intento de empobrecer más a nuestros pueblos, ya sea través de reformas hacendarias inequitativas, como la que se discute en el Congreso de la Unión, o bien la instrumentación de políticas públicas de corte asistencialista, programático y condicionadas por intereses políticos de los que ahora están en el gobierno federal, tales como la Cruzada Nacional Contra el Hambre.

Reconocemos e impulsamos la defensa de los territorios de pueblos y comunidades indígenas que se ven melladas por la introducción de megaproyectos de explotación y extracción basados en la lógica de la acumulación.

Saludamos todas las luchas e intenciones de transformación de esta realidad deshumanizante, y sabemos que otro mundo es posible en la construcción de alternativas, de justicia y dignidad.

Ahora es tiempo de compartir esperanza

Las diversas organizaciones, colectivos y movimientos que componen la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País y el Carnaval del Maíz queremos compartir esperanza en medio de la incertidumbre y el autoritarismo. Para ello invitamos a todas y todos los mexicanos a celebrar este día con la convicción que desde abajo podemos generar las estrategias necesarias para combatir al mal gobierno y sus políticas de muerte.
Invitamos a alimentarnos del campo y de lo que las familias campesinas en él producen; invitamos a compartir alimentos con nuestros hermanos y hermanas, pues es signo de vida, de comunidad y de fortalecimiento de las luchas. Necesitamos reactivar el campo y al campesinado plenamente en una Cruzada no contra el hambre, sino por una alimentación digna, sana y suficiente. Ahora es tiempo de alimentarnos de forma comunitaria, respetuosos de la naturaleza, y evitando en todo momento la imposición del mal comer. Hagamos juntas y juntos la revolución alimentaria que México necesita.

AHORA ES CUANDO, PARA LUEGO ES TARDE DEJEMOS GERMINAR NUESTRA SEMILLA CONTRA EL HAMBRE

Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País

Carnaval del Maíz

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