“Hubo un tiempo en que el tiempo no se contaba. En ese tiempo los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, se estaban caminando como de por sí se caminan los dioses primeros, o sea bailando. En ese tiempo mucho ruido había, por todos lados se escuchaban voces y gritos. Mucho ruido y nada se entendía. Y es que el ruido ese que había no era para entender nada, sino que era ruido para no entender nada”.
Subcomandante Marcos.