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Las tácticas de "divide y vencerás" del gobierno de los Estados Unidos en el Caribe

Lunes 30 de marzo de 2020, por Jeb Sprague

Jeb Sprague

Las recientes reuniones multilaterales en Kingston Y Mar-a-Lago, son señales de los intentos de E. E. U. U. de intensificar las divisiones en el Caribe. Los “países letrinas” (según el Presidente Donald Trump alegadamente les llamó) pueden ser importantes aliados para minar a esos estados identificados para el cambio de régimen. El anterior asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, ha hablado abiertamente sobre como los empresarios estadounidenses y de la región se beneficiarán de forma financiera al derrocar al gobierno de Venezuela y la privatización de su industria petrolera.

Venezuela tiene las reservas petrolíferas probadas más grandes del mundo. Durante las últimas décadas la región ha experimentado profundos cambios, impulsados por las nuevas tecnologías digitales, las redes de remesas de alta tecnología y las corrientes mediáticas, los medios de transporte masivos de bajo costo y el turismo, la expansión de mercados de bienes inmobiliarios, la nueva banca y arreglos financieros, y mucho más.

Los pueblos a través de la región son impulsados hacia las garras de la globalización, con una creciente inequidad y el cambio climático, pasándoles así una severa factura a sus vidas cotidianas. Han surgido muchas crisis mundiales sobre el horizonte, partiendo de la Inteligencia Artificial, los robots, la guerra, la proliferación nuclear, y una falta de coordinación regional y global, entre otros muchos temas (el último es el nuevo coronavirus (Covid-19)).

Es en este contexto que los funcionarios estadounidenses buscan intensificar las divisiones geopolíticas en la región, especialmente para promover su política de cambio de régimen dirigida hacia Venezuela.

Apuntando a Venezuela y su papel en el Caribe

Los planes de E. E. U. U. para derrocar al Presidente venezolano Nicolás Maduro fallaron miserablemente en el 2019, pero aún una intensificación de su campaña económica de terror se cierne sobre el país, según ello continúa siendo el factor clave que impide la recuperación de este país.
La economía de dicho país sudamericano ha sufrido tremendamente, impulsando a muchos de sus ciudadanos a emigrar. Venezuela solo ha tenido decenas de casos de coronavirus hasta ahora, pero el sistema de salud del país ha sido golpeado por las sanciones de Estados Unidos y enfrentará dificultades si el virus se propaga.

Encarando constantes ataques, dramáticamente intensificados desde agosto del 2017, cuando E. E. U. U. impuso sanciones financieras, Venezuela se ha visto obligada a depender en la inversión y el apoyo de empresas estatales de China y Rusia. Para junio de 2018, Caracas había detenido alrededor de la mitad de sus exportaciones de petróleo crudo alrededor del Caribe.

Una parte de la estrategia de los Estados Unidos ha sido socavar la viabilidad del proyecto de complementariedad y solidaridad del ALBA, subsidiado por Venezuela como una alternativa de desarrollo regional al Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones financieras neoliberales.

El propio ALBA ha enfrentado muchos problemas internos. Sin embargo, a fines de 2019, los líderes del ALBA declararon que en 2020 relanzarían PetroCaribe, los Children’s Hearts Hospitals, su programa de cirugía ocular y su escuela de medicina.

Históricamente algunos líderes caribeños han argumentado que la región sea una “región de paz y desnuclearizada”, pero esto siempre fue contradicho por el hecho que siempre se identificaron con Occidente y están ubicados en la esfera geopolítica estadounidense. La excepción más vocal ha sido Cuba (desde la revolución de 1959), y Granada (desde 1979 hasta 1983 durante el Gobierno Popular Revolucionario de Maurice Bishop).

De hecho a través del Caribe durante las últimas décadas, muchos partidos políticos se han distanciado de sus diferentes raíces, con rumbo a modelos económicos que enfatizan la exportación y el turismo. Y las élites de estado de forma creciente, han ido en busca de condiciones que atraigan a inversores transnacionales corporativos. Si bien los participantes del ALBA promueven parcialmente una corriente de desarrollo alternativa, también deben hacer malabarismos regularmente con las grandes empresas.

Estados Unidos busca ampliar el abismo entre los estados del Caribe

En julio de 1973 cuatro de los nuevos estados vanguardistas independientes y soberanos en el Caribe angloparlante, Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago, todos firmaron el Tratado de Chaguaramas. En años posteriores, los otros estados de la Comunidad del Caribe (CARICOM) lo firmarían. Bajo las disposiciones del tratado establecido, los estados se comprometían a coordinar sus políticas exteriores en temas de importancia regional e internacional.

En un movimiento diametralmente opuesto, se llevó a cabo la reunión de Trump con cinco líderes caribeños en Mar-a-Lago en el sur de la Florida en marzo de 2019, y siguiendo a esto, la reunión de Pompeo con funcionarios caribeños en Kingston, Jamaica en enero 2020.

Dichas reuniones señalaron los intentos de Estados Unidos de intensificar las divisiones geopolíticas. Un titular de Reuters bruscamente leía: “Trump confronta con la inversión a los líderes caribeños que apoyan a Guaidó en Venezuela.”

Al unirse a la política estadounidense que socava a Venezuela, y al apoyar a las demandas intervencionistas de la OEA, la cual es fuertemente financiada por E. E. U. U., las divisiones en la región han sido marcadas aún más. Para Jamaica, las Bahamas y Santa Lucía estos posiblemente constituyen una violación del Artículo 12 y el Artículo 16 del Tratado de Chaguaramas, del cual estos países son signatarios.

Las divisiones han ocurrido en el pasado. La invasión de Granada en 1983, fue uno de los temas más divisorios en la región, con algunos estados como Trinidad y Tobago oponiéndose a la invasión. Otro evento divisorio fue el Acuerdo Shiprider de 1996-1997. Los países caribeños estuvieron divididos en permitir a Washington, tener la habilidad de navegar libremente dentro de sus aguas territoriales, con el Servicio de Guardacostas de E. E. U. U. teniendo el permiso de interceptar y abordar sus embarcaciones. Otro evento ocurrió cuando representantes de compañías de cruceros, derrotaron un intento de crear un impuesto por pasajeros en la región, de esta forma exitosamente enfrentando las islas unas contra otras.

Por otro lado, la región a través del tiempo se ha unido para oponerse al bloqueo estadounidense contra Cuba. La Habana dispone de un alto número de becas para estudiantes, así como ayuda técnica y agrícola. Por décadas este país ha fomentado mucha buena voluntad en la región.

Asímismo entre la población general de la región, existe un alto grado de memoria histórica alrededor del rol del colonialismo en la misma, y del intervencionismo estadounidense a través de la región, con una demanda por reparaciones por el colonialismo convirtiéndose cada vez más popular entre la población.

A raíz del golpe de estado en Haití en el 2004, CARICOM asímismo en conjunto denunció el derrocamiento su gobierno libremente elegido. No obstante, luego de que el entonces Secretario de Estado Colin Powell instruyera a CARICOM a no objetar ante el Consejo de Seguridad de la ONU, a la destitución del presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide de su puesto, estos países escondieron sus rabos políticos entre sus soberanas piernas y se esfumaron en silencio. Aristide fue brevemente permitido entrar en Jamaica, pero luego de que la Asesora de Seguridad Nacional Condoleeza Rice y otros funcionarios estadounidenses objetaran, este fue devuelto a su exilio en Africa.

Por otro lado, fue de suma importancia, que los líderes de Barbados, Trinidad y Tobago, Guyana, Suriname, San Vicente y las Granadinas, Dominica y otros estados de la región, no asistieran a las recientes reuniones de Trump y Pompeo.

Los estados miembros de CARICOM a menudo actúan, según estos se perciben a sí mismos ser afectados, por las políticas estadounidenses de mano dura. A estos no les gusta ser zarandeados como si fuesen meramente “pequeñas islas-estados en desarrollo”, y son ampliamente escépticos de intervenciones militares, pero no necesariamente están unidos en este tema.
Lo que no obstante está sucediendo ahora es que, los estrategas de la política estadounidense claramente andan en búsqueda de abrir brechas de diferencias, entre los estados de la región. Algunos funcionarios en la región poseen más capacidad de resistencia, mientras que otros ven solamente unos lazos más estrechos con Washington, lo que solamente les puede ayudar con inversores corporativos, y algunos en sí mismos andan en aprietos económicos, de esta forma alineándose con el mortal proyecto estadounidense.

Asistiendo a la reunión de Mar-a-Lago con Pompeo, estuvieron los jefes de gobierno de Las Bahamas, Jamaica, y Santa Lucía, y los jefes de estado de República Dominicana y Haití, todos estos habiendo roto relaciones con el gobierno de Venezuela, y habiendo reconocido a Juan Gaidó. Los mismos países asistieron a la reunión de Kingston, añadiendo a Belize y St. Kitts y Nevis. Cabe remarcar que aparte de Trinidad/Tobago y Guyana, el oficial “Jefe de Estado” de la mayoría de las antiguas colonias británicas del Caribe es Su Majestad la Reina Isabel II.

Las crisis estructurales domésticas

Los gobiernos que se han aliado a la estrategia caribeña de Trump, encaran serios problemas domésticos.

El Presidente Jovenel Moise de Haití está gobernando ahora sin parlamento, al haber fracaso en celebrar elecciones y está sufriendo una crisis de legitimidad que amenaza con destituirlo de su puesto. El apoyo de E. E. U. U. es vital para su supervivencia política.

El Presidente dominicano Danilo Medina ha estado enfrentando las más grandes protestas en la reciente memoria de este país, según ha sido acusado de corrupción por elementos de la sociedad civil y periodistas disidentes bien fundamentados, y de haber intentado robarse las elecciones nacionales municipales en febrero. La planta generadora a base de carbón de Punta Catalina, un escándalo que envuelve a la connotada empresa brasilera de Odebrecht, esto podría conllevar hasta la astronómica suma de sobrevaluación de unos mil millones de dólares, siendo el escándalo por antonomasia del gobierno de Medina.

Cabe recalcar aquí, que de el candidato presidencial Gonzalo Castillo del partido gobernante PLD, o Partido de la Liberación Dominicana, y la mayoría de sus candidatos congresuales y senatoriales perder las elecciones de mayo 2020, se podría dar un escenario similar al del Perú, donde ex-presidentes han sido encausados por escándalos de corrupción que involucran a Odebrecht, y que incluyó el trágico desenlace del suicidio del ex-presidente Alan García. Por ende y debido a todo esto, la sociedad civil dominicana ha mostrado un repunte de madurez cívica y conciencia política, no visto desde los convulsos tiempos de la Revolución Constitucionalista de 1965, que fue un hito del Siglo XX de este país clave de la Frontera Imperial del Caribe.

El estado de Jamaica, en su contínua lucha contra los ajustes estructurales de préstamos a gran escala, ha recibido la promesa de varios acuerdos por parte de funcionarios estadounidenses, lo cual ayudó al retiro del país del programa PetroCaribe de Venezuela. Y Venezuela misma ha encarado crecientes barreras en mantener dicho programa, bajo la creciente guerra económica de Washington.

Mientras tanto Las Bahamas ha sido por mucho tiempo una virtual colonia norteamericana, ya que la isla es un paraíso fiscal para el capital transnacional. Este archipiélago además sufre por la crisis del cambio climático en su forma particular, por la reciente devastación causada por el huracán Dorian.

En cuanto a Belize, otro país altamente susceptible a las presiones por poderosos países occidentales, fue recientemente reportado que una sexta parte del total del territorio del país estaba siendo utilizado, por las fuerzas armadas británicas, para el entrenamiento de guerra selvática. Belize también ha recibido por mucho tiempo, amenazas de anexión por parte de Guatemala.

La estrategia de “Seguridad Nacional” de E. E. U. U. y la Frontera Imperial

Sancionada y atacada a través de formas híbridas de guerra, los estrategas de la política estadounidense, ahora planifican abiertamente una escalada violenta con Venezuela como el objetivo. Con un gobierno de extrema derecha en Brasil, y con el incremento de bases militares y frentes de fuerzas en Colombia, Washington ha ayudado a inflamar una situación hostil en las fronteras de Venezuela.

Esto a su vez se ha extendido hasta el punto de los E. E. U. U. apretar las tuercas contra Cuba y Nicaragua, así como el reciente derrocamiento del gobierno electo de Bolivia, y hasta aún un breve intento por parte del intervencionista Secretario General de la OEA Luis Almagro, para socavar al estado miembro del ALBA y CARICOM Dominica.

Ya para finales del 2017, en miras a parar cualquier tipo de compromiso con Cuba, la administración de Trump comenzó a hacer reclamos que Cuba había convertido en objetivos al personal de la embajada de E. E. U. U. con un tipo de “ataque con armas sónicas”, y según reportó posteriormente CNN, se creyó más bien que fueron los llamados para aparear, de una especie de grillos muy sonoros.

La ley Helms-Burton que se enfoca contra Cuba como su principal objetivo, está siendo reforzada. Los terceros países que hacen negocios con la isla, podrían enfrentar más litigios que aumentan los riesgos para los inversores en la isla. Mientras tanto algunas líneas aéreas y de cruceros, han descontinuado los viajes a Cuba, mientras que las remesas que entran al país y los viajes a la isla se han hecho más difíciles. La administración de Trump también está llevando a cabo nuevos planes, para atacar los servicios médicos en la isla, uno de los sectores más vibrantes de su economía.

Cualquiera que sea la opinión particular sobre la violencia en Nicaragua en el 2018, por parte de algunos que apoyan o están en contra del gobierno, las sanciones por parte de E. E. U. U. y la UE no son la respuesta. Las mismas están teniendo un impacto de largo alcance en esta pequeña nación centroamericana, más allá de afectar a los individuos: el aumento en el riesgo de cálculos para los negocios que invierten en el país, decelerando y afectando la posibilidad de préstamos a ser refinanciados, y complicándole más aún a la diáspora el enviar dinero a miembros de familias.
El objetivo final del “NICA Act” y las sanciones de la Unión Europea, no son para promover la paz, si no más bien para empujar al país a una solución draconiana neoliberal. Esto a la vez está subrayado por la reciente llamada del Secretario General de la OEA, para “asfixiar” este país a través de sanciones y otras medidas. Todo apunta a la evidencia de la ilegalidad de conducir a una guerra económica en tiempos de paz.

Las presiones de E. E. U. U. sobre Trinidad y Suriname y el fortalecimiento de lazos con Guyana y las Antillas Holandesas.

Guyana, uno de los países más pobres de la región, ha rubricado un nuevo pacto con Exxon el cual se espera que transforme el país en un productor de petróleo de alto rango, dentro del sector global energético.

Por otro lado las actividades militares por parte de E. E. U. U., se han incrementado dentro de Guyana; de la misma forma, tales maniobras ligeras y ejercicios de entrenamientos ocurren en muchas partes de la región. Y todo esto refleja cuan profundamente integrada está la región, dentro de la órbita estadounidense.

Las tensiones dentro de Guyana parecen haber brotado hacia la superficie, según los dos partidos principales de su democracia burguesa, compiten por posicionarse en el poder. Las diferencias raciales socialmente construidas han sido históricamente amplificadas, armadas y aprovechadas para controlar los resultados políticos en el país.

Aquí es importante notar la formación histórica de un país, y el rol de E. E. U. U. y el Reino Unido en poner bajo presión y derrocar al proyecto de izquierda en dicho país en el 1953.

Nuevos descubrimientos petrolíferos en Surinam, podrían también alterar dramáticamente su economía política en su momento dado, pero las autoridades también han estado bajo presión para terminar sus lazos de amistad con Venezuela. Sin embargo, en las últimas semanas, el medio de comunicación regional de izquierda teleSUR ha ampliado sus transmisiones en Surinam, miembro de ALBA.

Trinidad y Tobago, las cuales pretendían honrar un nuevo acuerdo de gas natural licuado con Caracas, fueron puestas bajo presión en meses recientes para no cumplir dicho proyecto. Los reportes mediáticos indicaron que el proyecto fue paralizado por las sanciones de Washington y las transnacionales con bases en E. E. U. U. que estaban activas en el sector enérgetico de Trinidad.

El juego del gato y el ratón también se ha llevado a cabo por parte de la empresa nacional de petróleo y gas de Venezuela (PDVSA), y sus buques petroleros por terceros que enfrentan a ser incautados, además de sufrir nuevas presiones bajo el régimen de sanciones estadounidenses, y el desbarajuste que todo esto ha causado, con la crisis diplomática ocurriendo por ejemplo entre Venezuela y las Antillas Holandesas conocidas como las “ABC”, las cuales son anfitrionas a una creciente gama de operaciones orientadas hacia el sur, por parte de E E. U. U.

La Geopolítica en el Caribe de la globalización.
La paz nunca fue una característica definitiva de las estrategia estadounidenses de “seguridad nacional”. El objetivo de E. E. U. U. por la supremacía global incluye distorsionar al mundo, como si fuese naturalmente caótico y dependiente del liderazgo norteamericano.

Ulteriormente, la estrategia hegemónica estadounidense también incluye sembrar la discordia, acelerar el cambio de régimen, y mantener al mundo en una constante inestabilidad. Al provocar las transiciones políticas, los formuladores de políticas estadounidenses y sus aliados utilizan las formas más sofisticadas de poder blando y, a veces, respaldados por la fuerza, como los demuestran los golpes de estado en Haití, Honduras y, más recientemente, Bolivia.

El desafiar a este aparato requiere esfuerzos globales y regionales, y nuevas formas transnacionales de organización popular, mano a mano con cambios fundamentales en los E. E. U. U., y en Washington, D. C., donde la paz, la cooperación, y el respeto por el orden jurídico internacional deben ser abogados, en vez de ser evitados.

Este artículo fue traducido por Emilio David Colon Rivera.
http://www.jebsprague.blogspot.com

Ver en línea : The US government’s ‘divide and conquer’ tactics in the Caribbean

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