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Némesis porcina

Que la pesadilla no se haga realidad

Viernes 1ro de mayo de 2009, por Claudio Albertani

El Distrito Federal, la ciudad-monstruo, se convirtió en ciudad-fantasma. El ejército patrulla las calles. Las escuelas están cerradas, los bares, los cines y los museos también, mientras que los restaurantes sólo proporcionan alimentos para llevar. Usualmente atiborradas de coches, las grandes avenidas se encuentran semivacías. Los raros transeúntes lucen máscaras faciales que otorgan al ambiente un toque surreal y apocalíptico que evoca las pesadillas metálicas del cine expresionista.

Michel Foucault llamaba biopoder el conjunto de mecanismos por los cuales los rasgos biológicos esenciales de los seres humanos se vuelven blanco de estrategias de poder. Ante la transformación de la vida en objeto administrable, los mecanismos en cuestión no se limitan a los tradicionales dispositivos disciplinarios, sino que se relacionan con políticas de seguridad que atañen a poblaciones enteras.

Una panoplia de medidas legales, decretos, reglamentos, circulares que permiten implantar mecanismos securitarios cada vez más sofisticados invade nuestras existencia con el pretexto de preservar nuestra salud. Sin embargo, el proceso se va agotando. Después de transformar en mercancía todos los bienes -incluyendo el agua que tomamos y el aire que respiramos-, el capitalismo se estrella contra barreras no tanto cuantitativas (como creen algunos), sino más bien cualitativas: el movimiento de dominación sobre la naturaleza ya no se domina a sí mismo.

El problema de la destrucción del ambiente natural y de las perturbaciones que introducen los agentes químicos y los productos de la industria en nuestro quehacer cotidiano es mucho más grave de los que nos imaginamos. La catástrofe atañe incluso la posibilidad de preservar al planeta: ríos, mares y bosques agonizan; especies vegetales y animales desaparecen por docenas; montañas de hielo se derriten a causa de gases mortíferos; moléculas enfermas contaminan nuestra comida.

Es así, me parece, como hay que abordar la más reciente de esas catástrofes que, nos dicen, amenaza al mundo entero: la influenza porcina, pesadilla genética engendrada, al parecer, por algún criadero industrial.

He aquí los hechos. El 23 de abril de 2009, por la mañana, el secretario de salud del gobierno mexicano, José Ángel Córdova Villalobos, informó que se habían detectado algunos casos de infección, pero que eran " habituales". Hacia las 11 de la noche, sin embargo, anunció una medida sin precedente: la suspensión de las clases en toda la zona metropolitana del valle de México. El lunes 27, la suspensión de clases ya se había extendido a toda la república. El martes, Córdova anunció que un total de 159 personas murieron en México y que 2498 contrajeron la enfermedad de las cuales 1311 permanecen hospitalizadas. El miércoles rectificó: sólo se confirmaban 8 de los 159 fallecimientos.

El mismo día, después de precisar que prefería omitir los datos que había proporcionado en precedencia -"para no causar confusión" (¡!)-, notificó la suspensión de las actividades en la administración pública entre el 1 el 5 de mayo, una medida de modesto alcance pues de todas formas son días vacacionales.

Mientras tanto, nos dicen que en tan sólo una semana la influenza porcina se desarrolló en diez países. El 27 de abril falleció en Texas un bebé de 18 meses (mexicano). Además de Nueva York, California y el sur de los Estados Unidos se reportan casos en Canadá, Costa Rica, España, Reino Unido, Israel, Nueva Zelanda y Australia, entre otros países. El 28, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eleva la alerta pandémica del nivel 3 al 4 y luego al 5 en una escala de 6... El pánico cunde en el mundo entero.

¿De dónde proviene la enfermedad? Nadie lo sabe a ciencia cierta y raramente se proporcionan nombres y apellidos de las personas fallecidas o entrevistas con sus familiares. Una primera versión, persistentemente desmentida, ubica el foco de infección en La Gloria, municipio de Perote, Veracruz, que desde hace meses se encuentra en el epicentro de una misteriosa epidemia.

Nubes de moscas se desprenden de una laguna fétida en donde la empresa Granjas Carroll -propiedad de Smithfield Farms, gigante transnacional porcino con un largo historial negro- arroja toneladas de desechos fecales. Entre diciembre y 2008 y marzo de este año, más de 500 personas han sido tratadas por enfermedades respiratorias que se convierten en infecciones neumológicas.

Según un reportaje del periódico Milenio (13 de abril), todos los que se han atrevido a denunciar la contaminación de Granjas Carroll, han sido objeto de espionaje y acoso por parte de la empresa. Y puesto que en el mundo al revés las víctimas son siempre culpables, el diputado local por Perote, Joel Arcos Roldán, responsabiliza a los pobladores de propagar la infección “por utilizar remedios caseros”.

Provoca hilaridad que los agroexportadores exijan cambiar el nombre de influenza porcina a influenza mexicana pues se dicen perjudicados por la plaga. Por su parte, GRAIN, una Ong consagrada al estudio de la biodiversidad y la agricultura sustentable, informa: “Las condiciones insalubres y de hacinamiento de los criaderos hacen posible que con mucha facilidad el virus se recombine y desarrolle nuevas formas. Una vez que esto ocurre, el carácter centralizado de la industria garantiza que la enfermedad se disemine a lo largo y ancho, ya sea por las heces fecales, el alimento, el agua, o incluso las botas de los trabajadores” (http://www.grain.org/nfg/?id=643). A esto es necesario añadir que las industrias porcinas suelen criar también pollos, lo cual, evidentemente, estimula las mutaciones virales.

Otras fuentes juran que el virus de la influenza porcina apareció por primera vez en Estados Unidos. Con base en el testimonio de científicos norteamericanos, el sitio infowars.com afirma que la influenza porcina fue cultivada en laboratorio.

¿Una vacuna malograda? Es posible, si consideramos las múltiples triquiñuelas que acostumbran las industrias farmacéuticas. De paso, es útil recordar que las vacunas son enormemente rentables para quienes las producen, pero ¿previenen las enfermedades? Esta pregunta nunca ha sido contestada de manera satisfactoria. Tampoco se conocen a cabalidad sus efectos iatrogénicos.

Así las cosas, estremece enterarse de que la empresa farmacéutica Sanofi Aventis, fabricante de vacunas contra la influenza, donará 236,000 dosis a México como “apoyo” al control de la enfermedad.

Desde París, Jean-Philippe Derenne, director del hospital Pitié-Salpêtrière y autor del libro Pandemia, la gran amenaza, nos asegura que estamos ante una llamarada o bien en el comienzo de una catástrofe de proporciones mayores (Liberation, 28 de abril). Añade que las máscaras faciales son completamente inútiles: ya sea el virus las penetra sin problemas o se mete por los lados… Por mi parte pregunto: ¿por qué nadie informa qué hacer con las máscaras usadas? ¿No son focos de infección?

“Epidemia mundial de tamiflu”, titula Liberation, en alusión al frenesí por el medicamento antiviral que comercializan los laboratorios Roche que, de paso, vieron sus acciones subir un 4.6 por ciento en un solo día, algo nada desdeñable en esto tiempos de crisis. Roche adquirió la patente a la empresa estadounidense Gilead Sciences, presidida entre 1997 y 2001 por Donald Rumsfeld, el ex ministro de Defensa del gobierno de George W. Bush.

En México, el ejército resguarda un millón 400 mil tratamientos antivirales en el Campo Militar Número Uno. Una sola compañía, la distribuidora San Pablo, compró todo lo que había en el mercado y lo está entregando en los hospitales privados. Cabe añadir que uno de los pocos casos dados a conocer públicamente, el de Edgar Hernández, niño de cinco años oriundo de la Gloria, ha sido tratado satisfactoriamente con antibióticos y paracetamol.

Toda esta información altamente contradictoria no puede atribuirse a una conspiración. Llegó el momento en que, al igual que la aceleración consumidora de tiempo, la educación cretinizante, la información desorientadora y la medicina que produce enfermedad, las políticas públicas se vuelven patógenas y paralizan la acción autónoma de las personas. Iván Illich, uno de los grandes críticos de la sociedad industrial, detectó este fenómeno con precisión hace más de tres décadas. Le llamó contraproductividad específica.

¿Cuál es la situación real? Según el doctor Pablo González Casanova Henríquez, epidemiólogo con años d experiencia en África y América Latina, “el peligro es serio, pero hay una enorme manipulación tanto a nivel nacional como internacional. La Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, en lugar de insistir en el tema de la prevención se limita a recomendar el medicamento antiviral Tamiflu, es decir habla de negocios…”

Salta a la vista, por otro lado, el alcance liberticida de las medidas que toma el gobierno mexicano: ingresar sin orden de cateo a todo tipo de local o casa habitación; aislar a personas sospechosas de padecer la enfermedad; inspeccionar pasajeros portadores potenciales del virus, prohibir congregaciones de personas...

El pánico, todos lo sabemos, es un arma excelente en manos del poder, Es necesario, en primer lugar, armarse de una buena dosis de suspicacia, escaparse al bombardeo (des) informativo. “El cuidado higiénico es fundamental”, añade el doctor González Casanova. “No solamente lavarse las manos, sino también la cara y la nariz antes de acostarse. Y evitar los lugares multitudinarios”.

A largo plazo, tenemos que cambiar nuestros hábitos alimenticios. En este principio de milenio, comer es un acto político y las grandes compañías nos están asesinando por el estómago. Boicoteemos las transnacionales de la muerte. No comamos carne. Ni de cerdo, ni de res, ni de pescado, mucho menos de pollo que es de las más contaminadas.

Podemos comprar alimentos a personas conocidas si vivimos en el campo o crear cooperativas de consumo inteligente si vivimos en la ciudad. Comer sano es caro, pero la comida chatarra es más cara todavía si tomamos en cuenta su escaso valor nutricional y los daños que nos ocasiona.

En Rebelión en la granja, pesadilla literaria sobre un futuro que nos está alcanzando, George Orwell describe como el poder transformó a los cerdos de sencillos “camaradas” en dictadores despiadados. No permitamos que la profecía se convierta en realidad.

Sus comentarios

  • El 30 de abril de 2009 a 22:12, por Rodrigo En respuesta a: una aclaración

    El artículo me parece interesante en general, no comparto el punto de vista del compañero pero me parece interesante.

    Sólo quiero aclarar un punto que, aunque no es central en el texto, es bastante grave: "El ejército patrulla las calles"

    Primero. El ejército y la marina sólo han distribuido cubrebocas en algunos puntos.

    Segundo. Ni siquiera se ha activado el plan DN-III

    Tercero. (no lo mencionas pero...) el decreto presidencial le confiere poderes a la SSA no a los milicos...

    Se habla mucho del estado de pánico que existe entre la población por las medidas del gobierno, pero muchos "izquierdistas" hacen lo mismo al difundir información sobre la "suspensión de garantías" en México, este no es el caso...

  • El 1ro de mayo de 2009 a 01:05, por Adolfo En respuesta a: Némesis porcina

    Vaya vaya compañero Claudio, me parece que te preocupaste tanto en adornar este artículo que se te olvidaron los muertos. Sin embargo brindas buena información aunque parece de mero reportaje.

    Me hubiera gustado que penetraras en el análisis del problema político y económico con que se trata este problema sanitario. Me gustaría saber tu opinión al respecto.

    Te dejo este torito. Vamos a ver cómo andas en política mexicana.

  • El 1ro de mayo de 2009 a 09:05, por Nix En respuesta a: Némesis porcina... o bienvenidos al bioterrorismo.

    Me gustó el artículo. Pero parece más probable que la creación de la influenza A/H1N1 se la debamos a Baxter International Inc. que esta experimentando y manipulando el virus de la influenza desde hace decadas. En febrero de este año se detectó un envío de vacunas contaminadas con inluenza desde una de sus plantas hacia 18 países, la mezcla era H5N1 que es la forma humana de la gripe aviar con H3N2 que es una gripe de fácil transmisión. Este tipo de contaminación no se da por accidente, más bien se relaciona con prácticas de bioterrorismo. Baxter al parecer tiene ahora el favor de la OMS para producir la vacuna contra la influenza A/H1N1.

    Es una pérdida de tiempo prestar atención a la información en medios comerciales. Hasta en eso parece ser que México fue visto como la olla de presión ideal para cocinar un experimento de este tipo, incluyendo la reacción de la población ante una posible ley marcial.

    Ligas relacionadas:

    - >Sobre la contaminación
    http://homeopatiaahora.blogspot.com/2009/03/contaminacion-accidental-de-vacunas-con.html

    también en Wikipedia (en inglés)
    http://en.wikipedia.org/wiki/Baxter_International#2009_avian_flu_contamination

    - >Baxter y sus contratos en caso de una pandemia (en inglés)
    http://www.news-medical.net/?id=28846

    http://www.chicagobreakingnews.com/2009/04/baxter-to-pursue-swine-flu-virus-to-control-mexico-outbreak.html

    - >Artículo ’conspiracionista’ pero interesante del 2005 (en inglés)

    http://www.infowars.net/articles/november2005/081105birdflu.htm

  • El 5 de mayo de 2009 a 05:57 En respuesta a: Némesis porcina 1

    Comparto la opinión de algunos compañeros sobre lo interesante de este artículo y al igual que ellos difiero en algunos puntos importantes del mismo.

    1. Lo crítico del asunto y del tema es que puede mal interpretarse el conocimiento y la información. Queda claro que las medidas tomadas por las autoridades mexicanas en el tema de la prevención y disminución del riesgo de contagio han sido calificadas de exageradas y tajantes para la sociedad, sin embargo, no debemos olvidar el contexto de la situación y los detalles técnicos de la enfermedad. Cuando hago mención al contexto, me refiero a lo desconocido de la enfermedad hasta cierta fecha, de ahí la confusión en cifras y diagnósticos.

  • El 5 de mayo de 2009 a 06:00 En respuesta a: Némesis porcina 2

    Ustedes creen que contamos con un sistema de salud de primer mundo?. Tal ves la respuesta es SI y NO, todo depende de que estemos hablando, aunque es bien sabido que el sistema tiene muchas deficiencias.

    Partiendo de esta base, entonces imaginemos lo difícil que puede ser llevar un registro de casos, cuando la secretaria come una torta mientras te atiende o bien el doctor de la clínica cierras sus consultas por cambio de turno aunque haya gente enferma haciendo fila. A todos estos vicios del sistema, agreguémosle el factor incertidumbre y el factor tecnológico.

  • El 5 de mayo de 2009 a 06:12 En respuesta a: Némesis porcina 3

    Suena increíble creer que no teníamos forma de saber de que virus se trataba, de ahí que digo que intervienen cosas técnicas y propias del virus. Resulta que este virus puede mutar en ciertas regiones, las cuales son importantes porque es en donde los anticuerpos hacen su reconocimiento, de ahí la dificultad para generar una vacuna efectiva.

  • El 5 de mayo de 2009 a 06:13 En respuesta a: Némesis porcina 4

    Por ello también pongo en tela de juicio lo que menciona el compañero en su artículo, sobre un virus incubado por las farmacéuticas, para después vendernos la vacuna. Si lograran hacer una vacuna, lo más seguro es que tendríamos el mismo problema de la influenza estacionaria, es decir, cambia cada año y por ello cada año la gente sigue muriendo (esto no significa que sea completamente inútil la vacuna), lo que quiero decir con esto es que no es tan fácil afirmar que se trata de un virus premeditado.

  • El 5 de mayo de 2009 a 06:15 En respuesta a: Némesis porcina

    Por otro lado no debemos olvidar las posibles causas de como surgió el virus. Se DICE que es un virus resultante de una mezcla de gripe porcina e influenza humana, la pregunta es cómo es que mutó, como fue posible la recombinación genética y en donde comenzó todo. El compañero cita el caso de Veracruz y un criadero de cerdos con pésimas condiciones salubres. Hay 2 cosas que me llaman la atención de este caso, la primera es que no necesariamente dichas condiciones son las causantes del brote de una nueva cepa viral, si bien mucha gente de la zona se reportó enferma de vias respiratorias, pudo deberse a complicaciones bacterianas y no necesariamente virales. A fechas recientes el gobernador del estado declaro que el caso del niño veracruzano que el compañero menciona en el artículo, dio positivo en las prueba del H1N1, hay que dudar un poco, desde mi punto de vista (y a juicio de ustedes), considero que por la fecha del artículo publicado por el compañero es un tanto alarmista más que informativo mencionar este caso. Por otro lado menciona la recuperación de este infante, por medio de antibióticos y paracetamol (dando a entender que se trata de un juego de las farmacéuticas para vendernos el antiviral), a lo cual comentaría lo siguiente (a expensas de ser criticado por un Inmunólogo u otra persona con más conocimiento en el área): El sistema inmune es quien lucha contra los virus produciendo los anticuerpos, por lo que la cura es tu mismo cuerpo, en las enfermedades virales (hasta en el VIH), hay casos de personas que desarrollan inmunidad a dichos virus, por lo que no se mueren (selección natural, si quieren verlo así), sin embargo, no todos las personas desarrollan esta inmunidad o simplemente tienen una inmunodepresión previa a la enfermedad por lo que son más propensos a que se desarrolle la enfermedad más rápido.

  • El 5 de mayo de 2009 a 06:18 En respuesta a: Némesis porcina 6

    Pese a todo esto, creo que es muy atrevido hacer un juicio al respecto, por lo que critico la postura de Albertani. Además hay casos de niños que no murieron en EUA, bajo la supuesta infección con H1N1, en el 2005. En este caso se cree que fue una infección de cerdos a humanos, cosa distinta a lo que hoy se vive en el país, que es de humanos a humanos.

    Y si tomamos la idea de Albertani y el criadero de cerdos, entonces existiría la probabilidad de que el caso del niño veracruzano sea como el de los niños de EUA?

    En lo que si podría estar de acuerdo con Claudio A. es en el tema de las farmacéuticas, cuando se refiere al enriquecimiento a través del sufrimiento de mucha gente, y en específico, el abastecimiento de antivirales a México, así como el dineral que se dedicó a la compra de los mismos y al poco corazón de Roche Mex en no manejar una política de precios razonable dada la alerta sanitaria en nuestro territorio. SI. COMPAÑERO ESTO ES DEPLORABLE.

    Por ello hay que educarse y trabajar duro en materia de educación, pues necesitamos un Roche mexicano, un Sanofi Aventis nacional, creado por mexicanos y de tecnología propia, generar más patentes, etc.

    Y creo que para lograr eso debemos dejar de tener actitudes alarmistas (como lo decía un compañero en un comentario anterior), de grupos supuestamente izquierdistas que usan y mal interpretan textos como el del compañero Albertani, PARA DECIR QUE TODO ES UNA MENTIRA.

    O el mismo artículo citado, en donde pone como marco de referencia el biopoder, que está lejos de parecerse a lo que se esta viviendo en este momento, dado que es más circunstancial el contexto que intencional (bueno, ya es demasiado largo mi comentario, así que no discutiré el porque no tiene nada que ver lo que trataba de decir el citado filósofo francés al referirse al concepto de biopoder).

    Compañero Albertani, considero faltan muchas bases políticas, sociales y hasta biológicas para afirmar esto, no obstante, puede que tengas razón en cierta medida.

    Por último diré que es falso lo de los militares en la ciudad y que BUENO FUERA que el panorama de las calles es como el de las películas, pues en ese caso todos usarían cubre bocas, cosa que no sucede, pues hay mucha gente que sigue pensando que es un complot del gobierno y cosas de ese tipo. Por cierto, en eso de las mascarillas faciales estoy en desacuerdo con lo que dices, pero bueno, se lo dejo a alguien más. Lo que si es cierto, es que no se da mucha difusión sobre su uso apropiado.

    P.D. Lo de menos transito de los coches yo no lo veo tétrico, si así fuera siempre, habría menos contaminación no crees, yo lo veo como con un toque pintoresco y poco apocalíptico que evoca más ha las ilustraciones clásicas de la pintura expresionista.

  • El 20 de mayo de 2009 a 18:08 En respuesta a: Némesis porcina

    Existen algunos elementos para decir que no esta fuera de lugar lo que dice el autor: que el virus pudo haber sido resultado de un experimento humano (eso ya lo dijo un cientifico australiano); que este tipo de problemáticas son manipuladas con fines económicos y políticos (¡todo puede convertirse en una mercancía y manejarse con fines de lucro!); que la contingencia nos puso en una situación de estado de emergencia (algo inédito)... Sin embargo, sin negar que el virus existe, me parece que exagera (como en el comprele a su vecino las gallinas...), que le da un tono alarmista y terrorífico a esta problemática (como para hacerla una película)... creo que hace falta matizar y/o profundizar en algunos aspectos, donde el punto es: ¿como interviene la biología en esta situación? En fin, el debate esta abierto.

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