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Ceda el paso a las mercancías: La nueva Ley de Movilidad del Distrito Federal

¿El peatón es primero?

Martes 29 de diciembre de 2015, por OLEP

El año pasado, 2014, la controvertida Ley de Movilidad del Distrito Federal puso en alerta a gran parte de las organizaciones populares y defensoras de derechos humanos en la capital del país. Con esta nueva legislación intentaron limitar el derecho a la protesta social, pues contrapusieron su idea de “movilidad” a nuestra necesidad de movilizarnos en contra de las políticas burguesas del Estado. Gracias a la presión de muchas organizaciones, se eliminaron los artículos que limitaban nuestros derechos a manifestarnos; sin embargo, la propuesta de ley continuó, fue aprobada y hoy ya tenemos encima los resultados de dicha normatividad.

¿Qué hay detrás de la dichosa nueva Ley de Movilidad?

En principio, debemos entender que la “movilidad” como la piensan los burgueses es el conjunto de desplazamientos de personas y mercancías en un entorno físico, es decir, básicamente que aquellos que venden su fuerza de trabajo y las mercancías que producen puedan ir de un lugar a otro según los ritmos exigidos por el mercado, o como dicen por ahí: el tiempo es dinero.

Siguiendo esta lógica, todas las formas de conducirse por la ciudad deben favorecer las reglas del mercado y todas las formas opuestas (desde protestas hasta taxis de organizaciones populares) deben ser eliminadas y remplazadas por modos neoliberales de desplazamiento. Así, bajo un discurso aparentemente progresista donde el peatón y el ciclista se “ponen en primer lugar”, se construye un marco jurídico para justificar la privatización del espacio público, como los tan anunciados “dobles pisos peatonales” que supuestamente llevarán el “desarrollo cultural” a colonias como la Agrícola Oriental aunque, en los hechos, no sean más que pasos elevados llenos de tiendas, construidos literalmente encima de los barrios populares para beneficio de los empresarios y los nuevos habitantes de estas colonias, mientras que los viejos vecinos tendrán que decidir entre vivir en la penumbra y a costos altísimos o irse a otro lugar.

Un ejemplo muy claro de este proceso lo tenemos en la calle de Madero, del Centro Histórico, la cual, al convertirse en una calle peatonal, pasó de ser una vía popular a un corredor comercial donde tienen presencia las grandes multinacionales de comida y vestido, mientras se persigue a los vendedores ambulantes que perdieron el derecho de vender en el Centro.

La calle de Madero resultó un caso bastante exitoso que busca repetirse bajo el argumento de que son necesarios espacios peatonales. Así, se anunciaron 10 nuevos segundos pisos peatonales en distintos puntos de la ciudad, lo cual únicamente beneficiará a las grandes empresas implicadas tanto en la construcción de dichos armatostes como en la venta de productos, pues mientras estos espacios se promocionan como lugares abiertos para que el peatón pueda trasladarse de un lugar a otro de manera cómoda, en realidad son corredores comerciales donde aquél que no tenga dinero para comprar no podrá disfrutar de las mieles de la movilidad.

Como OLEP entendemos que este tipo de leyes y sus reglamentos, como el nuevo reglamento de tránsito o el reglamento de movilidad aún en proceso de elaboración, no buscan otra cosa más que el avance del neoliberalismo en todas sus formas, pues ahora hasta el espacio público de las ciudades, que debería servir para el encuentro, la reflexión, la crítica y la protesta, es un objetivo de la privatización.

Luchemos en contra de la Ley de Movilidad y sus reglamentos que sólo están pensados para favorecer la explotación del proletariado, al tiempo que criminalizan la pobreza y la protesta social. Exijamos que nos regresen nuestros espacios públicos, pues las calles son nuestras, son del pueblo y no de las grandes empresas. Resistamos a sus megaproyectos urbanos. Organicémonos para construir una ciudad que verdaderamente responda a las exigencias del pueblo y no del mercado.

¡Alto a la privatización del espacio público, las calles son del pueblo!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección CIUDAD del No. 12 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 28 de noviembre de 2015.

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