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Complementemos nuestra táctica: flexibilidad y audacia en la lucha por el socialismo

¡Contra el despojo, la represión y la explotación; resistencia, organización y lucha por el socialismo!

Miércoles 12 de agosto de 2015, por OLEP

Las organizaciones del proletariado deben afinar su táctica con relación al partido electoral más fuerte de la pequeña burguesía descontenta con el neoliberalismo: el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). La razón fundamental es clara: antes de las últimas elecciones de junio de 2015 eran oposición al gobierno, a partir de que tomen posesión de las diputaciones, municipios y delegaciones (en el DF) en que ganaron, serán gobierno, aunque se opongan también desde ahí al neoliberalismo o a los efectos más nefastos de este modelo económico.

Desde hace ya casi año y medio hacíamos hincapié en analizar las dos tácticas equivocadas respecto a este partido: la primera, se peleaba con el MORENA, no sólo con sus dirigentes, también con las bases del mismo y se aislaba del pueblo que lo seguía; la segunda, se sumaba al movimiento y pretendía convertirse (y todavía lo pretende) en su ala más radical, incluso socialista. Esta última ponía al pueblo bajo la dirección política y organizativa de la pequeña burguesía procapitalista que sueña con construir un moderno Estado Benefactor a la mexicana.

Nosotros planteábamos que la táctica adecuada era no pelearse con las bases. Al contrario, debíamos acercarnos a ellas y luchar a su lado, pero sin diluirnos, como organizaciones de carácter independiente y socialista, es decir, manteniendo nuestra independencia organizativa, en nuestros objetivos y en el contenido de nuestra propaganda y agitación; y al mismo tiempo, debíamos construir nuestras propias fuerzas con un carácter de clase proletario.

En esencia este aspecto de nuestra táctica no debe cambiar, pero sí debe adquirir nuevos elementos. Las organizaciones socialistas-comunistas debemos:

1) Exigirle a MORENA congruencia en su lucha antineoliberal, es decir, debemos exigirle que no ceda ante las políticas neoliberales, porque nosotros no cederemos, seremos los más firmes defensores de los intereses del pueblo frente al neoliberalismo. Debemos exigirle no sólo desde el papel, sino también desde la movilización y la organización, que luche por cancelar los nuevos proyectos de despojo, que luche por derogar las leyes que aumentan la explotación laboral, en suma, todas las llamadas reformas estructurales.

Por ejemplo, en el Distrito Federal los delegados (as) y asambleístas del MORENA deben pedir, con todos los recursos a su alcance como funcionarios gubernamentales, la cancelación de las Zonas de Desarrollo Económico y Social (ZODES) tal y como las planteó y las viene impulsando el gobierno de Miguel Ángel Mancera, pues las ZODES significan el despojo del pueblo, el aumento de los impuestos, ganancias para las grandes empresas constructoras que no sólo explotan a sus trabajadores sino que construyen para que otras empresas exploten a los suyos.

Deben poner un alto a la modificación del uso del suelo en las colonias populares, a las altas tarifas de agua y al proceso de privatización del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX), entre otras muchas cosas.

2) Denunciar toda actitud timorata que busque pactar con los gobiernos que están implementando estos proyectos, denunciar toda incongruencia con su propio discurso en el cual dicen lucharán contra las recientes reformas y todo acto que pretenda engañar al pueblo planteando que “hay que ceder porque no hay condiciones para luchar”.

3) Denunciar todo acto de corrupción y de engaño por parte de los funcionarios y elementos del MORENA que pretendan crearse incondicionales, por medio de la utilización de recursos públicos, para las elecciones del 2018. Como todos sabemos, hay muchos “chapulines” en MORENA, gente que para sobrevivir económicamente y hacer carrera política se subió a ese barco al ver el naufragio del perredismo o de otros partidos y que tiene por costumbre hacer uso clientelar de los recursos del mismo pueblo para generar dependencias y fidelidades de quienes están más atrasados políticamente.

4) Tener cuidado con creer que ahora MORENA se ha convertido en el principal obstáculo de la lucha contra el neoliberalismo y que hay que caracterizarlo de la misma manera que al PRI, al PAN o al PRD.

MORENA es una fuerza política que sufre en su interior las contradicciones de la clase pequeñoburguesa que se proletariza y que, por un lado, se inclina a luchar consecuentemente contra el neoliberalismo y, por otro lado se inclina a pactar con la burguesía para seguir sobreviviendo. Carlos Marx, en su obra El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, nos diría que esto sucede porque la pequeño burguesía es: “una clase de transición, en la que los intereses de dos clases se embotan el uno contra el otro, [y] cree estar por encima de los intereses de clases en general”.

Dentro de la pequeña burguesía que milita en MORENA hay quienes suspiran por algún día ser los burgueses del Estado Benefactor capitalista que sueñan construir pero también hay pueblo que desea superar los males del capitalismo sin la intensión de ser burgueses. Esos choques que reflejan las contradicciones de clase dentro de dicho partido deben ser claros para los socialistas, para agudizarlos y contribuir así a que la parte más consecuente y congruente en la lucha contra el neoliberalismo sea la más fortalecida, pues en esta parte se encuentran trabajadores asalariados de la ciudad y el campo.

Por supuesto, todo lo anterior, lo llevaremos a cabo desde nuestro trabajo independiente y de carácter socialista, por medio del necesario crecimiento de nuestra propaganda, agitación y la organización de nuevos sectores de la población golpeados y afectados por el capitalismo neoliberal. No lo haremos fundiéndonos en ese partido (“desde dentro”) como plantean algunos grupos políticos que se dicen socialistas, ni haciendo de MORENA nuestro adversario principal como lo hacen algunos grupos trotskistas en su ya añejo infantilismo de izquierda.

Acompañaremos la lucha diaria del pueblo, seremos los defensores más consecuentes y congruentes de las luchas cotidianas en los barrios, ejidos, pueblos y comunidades, marcharemos codo a codo con los compañeros que, participando en otras fuerzas políticas, demuestren fidelidad a los intereses del pueblo, nos aliaremos con ellos y construiremos así la conciencia proletaria necesaria para terminar de raíz con la miseria y opresión para acabar de raíz con el capitalismo.

NOTA: Este artículo fue publicado como EDITORIAL del No. 9 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 3 de agosto de 2015.

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