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Para organizarse también hay que pensarle

Lo malo de ser artesano de la organización

Martes 14 de julio de 2015, por OLEP

El trabajo de organización popular, independiente y socialista no es un asunto de buenas intenciones ni de improvisación ni mucho menos de ocurrencias.

El trabajo de organización tampoco tiene como base los deseos y fantasías
de quienes pretenden organizar sin un previo análisis del lugar donde desarrollan su trabajo y de las personas con quienes se realiza.

Es decir, el trabajo de organización proletaria no es:

1.- Activismo sin objetivos definidos a largo y mediano plazo.

2.- Improvisación sin análisis.

3.- Falta de responsabilidades definidas.

4.- Falta de planificación de las actividades y de evaluación de las mismas.

5.- Glorificación del trabajo local por encima de la problemática nacional.

Sin embargo, todas estas características antes enumeradas se manifiestan con mayor claridad en el trabajo organizativo que se desarrolla sobre todo en los momentos que llamamos coyunturas, es decir, aquellos en los cuales algún acontecimiento político o social abre la posibilidad a la participación masiva de cientos o miles de personas en las movilizaciones.

Si analizamos con detenimiento el movimiento surgido a raíz de la detención-desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y las 6 ejecuciones extrajudiciales cometidas el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, las características que mencionamos con anterioridad se manifestaron en gran parte del movimiento, sobre todo en aquél que conformaron personas que se guiaban más por un sentimiento de indignación y coraje ante la gravedad de los hechos y por organizaciones o colectivos sin un plan a largo plazo definido con anterioridad.

Pero las características de los métodos artesanales de trabajo, aunque son propias de los movimientos espontáneos, también se manifiestan –en menor medida- en organizaciones ya consolidadas e incluso con años de experiencia.

Toda organización lucha permanentemente por superar los métodos artesanales de trabajo que se manifiestan incluso dentro de sus propias filas, ya que nuevas generaciones se incorporan a la lucha de clases, generaciones que no tienen conciencia política proletaria, y nuevos sectores, con una gran influencia de la ideología burguesa y pequeño burguesa, también lo hacen. Estas dos causas hacen que el elemento espontáneo siempre esté presente, pues su fermento es el bajo nivel de conciencia política y la falta de tradición en otros métodos de trabajo que no sean lo que “naturalmente” surge de los estallidos emotivos de descontento o frustración social.

No se trata de eliminar el elemento espontáneo ni la improvisación, eso sería imposible. Se trata de encontrar los métodos más adecuados para superar lo más rápido posible los métodos artesanales. Se trata de que lo espontáneo mismo y la improvisación adquieran características cualitativamente superiores al manifestarse en un contexto del fortalecimiento de la lucha política del pueblo mexicano por lograr un país justo, libre, con igualdad social y económica, un país socialista.

Por lo anterior, nosotros pensamos que la organización es un trabajo permanente que requiere métodos adecuados para elevar la conciencia política del pueblo trabajador que le ayude a comprender y a crear las formas organizativas para mejorar sus condiciones de vida.

Esos métodos implican:

1.- Sistematizar los conocimientos de la realidad, el método de conocimiento de la misma y de la enseñanza de su enseñanza;

2.- Definición de los objetivos históricos del pueblo trabajador en esta etapa y los objetivos a mediano y corto plazo;

3.- Planificación de las actividades de acuerdo con los objetivos y establecimiento de mecanismos de evaluación y

4.- Reflexión permanente sobre si el trabajo de organización eleva la conciencia proletaria del pueblo con el que trabajamos, con base en el cambio de actitudes y su mayor disposición a luchar por la superación del capitalismo.

Nuestra tarea permanente es desterrar los métodos artesanales del trabajo de organización y acelerar su superación en los compañeros que se vayan incorporando a la lucha social.

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección ANÁLISIS del No. 8 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 13 de junio de 2015.

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