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El país secuestrado. Respuesta a Armando Bartra

Domingo 7 de junio de 2015

Vivimos un país en donde impera la muerte, la represión y la injusticia. Las miles de personas asesinadas y desaparecidas, la reconfiguración del autoritarismo de Estado así como la crisis política y económica son realidades fácilmente identificables.
En este escenario se desarrollan las elecciones. Ciegos y sordos, como si imperara la normalidad democrática, la élite política nos quiere obligar a ir a votar. Para ello se valen de las peores estrategias: contratan a Rigoberta Menchú para desacreditar la lucha de los familiares de Ayotzinapa y llamar a votar, al tiempo que encarcelan e intimidan a jóvenes que reflexionan sobre otras formas de transformación, como sucedió en Puebla y Veracruz.

En este contexto, el texto de Armando Bartra (www.jornada.unam.mx/2015/06/03/opinion/009a1pol) es insólito, por decir lo menos. Decir que la lucha por la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa es una "demanda gremial", implica no reconocer el hartazgo social que desencadenó gigantescas movilizaciones nacionales e internacionales que pusieron en crisis al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Peor aun, en su texto Bartra menciona que son los "gremios" los que "secuestran elecciones", cuando en realidad es el país entero el que está secuestrado por unos cuantos, que en su afán de poder y dinero, despojan, reprimen y asesinan al pueblo mexicano para cumplir con las exigencias que el gran capital demanda.

Desde hace años, dentro la izquierda hemos comprendido la necesidad de luchar unitariamente contra la represión, sin jamás legitimar la violencia estatal contra la movilización popular. Por supuesto, ello no clausura la necesidad de abrir un debate entre las distintas estrategias de lucha que las izquierdas están implementando actualmente, cerrando el paso a la soberbia y a la descalificación, con el objetivo de avanzar en la construcción de alternativas políticas capaces de sobrepasar dinámicas electoralistas, gremialistas o localistas.

El texto de Bartra, lamentablemente, se pone a tono con el discurso oficial que demanda elecciones a toda costa. El lunes, después de la "fiesta democrática"; la guerra, el despojo y la represión seguirán. Esas son realidades que no cambiarán con un voto, sino con la organización popular.

Samuel González Contreras, Argel Gómez, Enrique Pineda y Raúl Romero

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