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Nada de lo hecho ha sido en vano

¡Huelum!

Jueves 13 de noviembre de 2014, por Iván Turkenich

No estudiamos con el propósito de acumular conocimientos estáticos y sin sentido humano, nuestro verdadero propósito como estudiantes es el del conocimiento critico; no se engañen, las clases dominantes ¡Somos una Revolución! Esa es nuestra bandera.” José Revueltas

Hoy, casi 50 días después de comenzada la lucha de los estudiantes politécnicos, lucha que comenzara como la expresión de descontento espontáneo de unas pocas escuelas y que se fuera extendiendo y generalizando en el resto de las escuelas y colegios del Instituto Politécnico Nacional (IPN), nos encontramos ante un escenario totalmente diferente del que nos encontrábamos a finales de septiembre.

En este largo trayecto hemos aprendido demasiado, hemos aprendido lo que de otra forma nos hubiese costado mucho tiempo, hemos salido de la aparente calma en la que nos encontrábamos los estudiantes politécnicos. Salimos a las calles, tomamos nuestras escuelas, boteamos, brigadeamos, convencimos a otros de la justeza de nuestra lucha, hemos conocido a otros estudiantes de otras escuelas y nos hemos hermanado con otras luchas (como la lucha por la presentación con vida de nuestros cuarenta y tres compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa). Los politécnicos, todos, nos volteamos a ver unos a otros y decidimos luchar juntos.

Aun así, hay personas que piensan que no vale la pena nada de lo hecho hasta hoy, piensan que las marchas, el paro, los volanteos masivos, el levantamiento de las plumas en las casetas de cobro y todas las actividades realizadas son en vano, pues hasta el momento no hemos logrado la solución cabal a los diez puntos de nuestro pliego petitorio. Hay compañeros que siguen planteando, cincuenta días después, que la movilización no sirve, que “damos mala imagen” y que lo que tenemos que hacer es aceptar cuanto antes lo que el gobierno ya ofreció como solución y volver a clases para no “perder” el semestre.

Se equivocan. Es gracias a las diferentes manifestaciones de indignación espontánea y organizada que incluso Peña Nieto tuvo que mandatar a Osorio Chong para que saliera a prometer que resolvería nuestras demandas y se vio forzado, junto con Emilio Chuayffet, a exigirle su renuncia a Yoloxóchitl Bustamante, creyendo que así nos desmovilizarían, que desorganizarían nuestra legítima protesta para ganar tiempo y poner pretextos, como ahora hacen, para no resolver. A pesar de tantas jugadas y trampas para hacernos caer, seguimos de pie y seguimos resistiendo desde nuestros planteles tomados, seguimos movilizándonos junto al pueblo.

Consideramos que sea cual sea el resultado de nuestra lucha, todos hemos aprendido que sólo la movilización organizada del pueblo tiene la posibilidad de transformar nuestra realidad. Esta simple lección nos indica que, no importa cuánto tiempo pase, cuando volvamos a clases, ya no seremos los mismos. Abrimos los ojos, nos hemos dado cuenta de la necesidad de pasar de la indignación a la organización permanente, la necesidad de pasar del movimiento espontáneo a pensar lo que haremos, el cómo lo haremos, el cuándo, el dónde y el por qué.

Hoy, nadie debe desesperarse ni darse por vencido; al contrario, todos debemos explicar a otros, a nuestros compañeros que están en el paro y a los que no lo están, al pueblo trabajador que nos apoya, que la lucha por la educación pública, gratuita y de alto nivel académico es parte de la lucha de todos por transformar lo injusto y desigual de nuestra sociedad y que esa lucha es una lucha de largo aliento, que requiere estar más y mejor organizados, ahora durante el paro y cuando regresemos a clases. La lucha no se acaba hoy ni mañana, habrá quien la abandone momentáneamente o para siempre, pero otros seguirán, seguiremos, hasta la victoria.

Nuestra tarea, consiste en seguir resistiendo, organizados, organizando a otros y luchando. Debemos explicarle a quienes no están de acuerdo con nuestro paro o que ni siquiera saben por qué estamos luchando, que no será con la indiferencia que cambiarán las cosas. Todos podemos contribuir de diferentes maneras a construir un estudiantado politécnico y un pueblo organizado capaz de acabar con la terrible pesadilla que nos han impuesto. El miedo se vence y cuando eso pasa podemos soñar y actuar para construir ya no sólo un IPN, sino un país verdaderamente justo, libre y democrático.

La técnica al servicio de la patria y del pueblo trabajador…

Estudiantes organizados de la Vocacional 10
FB: Voca10SomosUno

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