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La vigencia del Programa del Partido Liberal Mexicano

Banderas de lucha y aspiraciones del pueblo

Martes 11 de noviembre de 2014, por OLEP

El primero de julio de 1906 el Partido Liberal Mexicano (PLM) dio a conocer su Programa, la principal consideración para darlo a conocer era, a su entender, que ya iba siendo “(…) tiempo de declarar solemnemente ante el pueblo mexicano cuáles son, concretamente, los anhelos que se propone realizar cuando logre obtener la influencia que se pretende en la orientación de los destinos nacionales.

El PLM consideraba también que los puntos que establecían en su programa “(…) no son ni pueden ser otra cosa que bases generales para la implantación de un sistema de gobierno verdaderamente democrático.

A la caída de la dictadura de Porfirio Díaz el gobierno que se estableciera debía tener por obligación el cumplimiento del Programa y los integrantes del PLM debían también velar porque ese gobierno lo cumpliera o cumplirlo ellos directamente.

El Programa del PLM no era en ese momento una manifestación del ideal anarquista, es decir no se planteaba la destrucción del Estado ni la construcción de las autonomías como alternativa al capitalismo, es más no se proponía en ese momento la destrucción de dicho sistema social ¿significaba lo anterior una incongruencia con los ideales anarquistas de la mayoría de la Junta organizadora del PLM?

No desde nuestro punto de vista, para nosotros el Programa reflejaba la exacta comprensión del desarrollo de la conciencia política del pueblo mexicano y era incluso una forma de impulsar su desarrollo. En el propio Programa se expresa que los puntos “Son la condensación de las principales aspiraciones del pueblo y responden a las más graves y urgentes necesidades de la patria”.

Es decir, no eran los deseos de un conjunto de individualidades expresadas en el Programa, éste era una respuesta a las necesidades del pueblo en su conjunto, lo que nos lleva a la reflexión de cuáles son en este momento esas aspiraciones del pueblo a las cuales todo programa de lucha debe responder.

Debemos recordar que este Programa era la bandera de lucha del PLM que impulsaba en todos los lugares donde se encontraban sus integrantes y que su cumplimiento no se contraponía con la organización de las insurrecciones armadas a través de las cuales pretendían derrocar a la dictadura porfirista.

El Programa del PLM contenía reformas constitucionales como, por ejemplo, derogar la reelección del presidente, demanda que después se volvió bandera del Maderismo. Contenía también medidas para el mejoramiento y fomento de la educación en el punto 13 se expresa: “Pagar buenos sueldos a los maestros de instrucción primaria.” Demanda que hoy podemos extender a todos los maestros.

En el terreno laboral luchaban por la jornada de 8 horas, que hoy es prácticamente inexistente pues se trabajan mínimo 10 en los empleos “formales”. Y, por ejemplo, ya desde ese tiempo el PLM expresaba la necesidad de la “Reglamentación del servicio doméstico y del trabajo a domicilio” en el punto 22 de su Programa. Hoy en día, realizar algunas medidas de este tipo se anuncian como un “gran avance” cuando hace más de cien años ya se luchaba por ello.

En el Programa también se aborda el problema de la tierra y el reparto agrario, específicamente, en el punto 36 se dice que “El Estado dará tierras a quien lo solicite, sin más condición que dedicarlas a la producción agrícola y no venderlas”.

La Junta Organizadora dio a las más amplias capas de la población mexicana una bandera concreta de lucha, un Programa que le daba sentido y orientación a su lucha contra la dictadura, programa que sigue expresando en la actualidad anhelos y necesidades de los trabajadores del campo y la ciudad.

Para nosotros la construcción de un nuevo Programa de lucha pasa por el estudio de las problemáticas más urgentes que afectan al pueblo y por el permanente trabajo de agitación, propaganda y organización que nos deje ver cuáles son esos anhelos y aspiraciones más sentidas, por supuesto sin renunciar a la lucha contra el capitalismo y buscar las formas de construcción de una sociedad más igualitaria, justa y democrática.

NOTA: Este artículo fue publicado en la sección RECUPERANDO LA HISTORIA del No. 3 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 21 de septiembre de 2014.

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