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El Aud. Ché Guevara debe de estar abierto para los estudiantes y el movimiento social

Sobre la "reapertura" del Auditorio Ché Guevara

Lunes 6 de enero de 2014, por OLEP

"La libertad no es nada cuando se convierte en privilegio" Rosa Luxemburgo

Ante la “reapertura” del Auditorio Ché Guevara, ubicado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (realizada por un grupo de colectivos e “individualidades” que se asumen anarquistas), quienes integramos la Organización de Lucha Estudiantil y Popular (OLEP) queremos manifestar nuestro rechazo y nuestra total desaprobación frente a esta acción.

¿Por qué? Porque quienes hoy se escudan en una falsa y, a todas luces, absurda “lucha contra la propiedad privada” no han hecho sino despojar a los estudiantes y al movimiento social de un espacio histórico de lucha y organización. Con esta acción de “reapertura” no han logrado otra cosa que CERRAR este espacio al resto del movimiento popular, es decir, a todos los que no militan en alguna de las organizaciones firmantes de su comunicado de “reapertura”.

¿Qué “reapertura” puede ser esta que cierra de tajo la posibilidad de reunirse y organizarse en un momento clave de ofensiva en contra del movimiento social? ¿Qué “reapertura” es ésta que sólo “reabrió” el auditorio durante algunos días para un evento específico? ¿Qué tipo de “reapertura” puede ser ésta, efectuada de madrugada y durante el periodo vacacional? NINGUNA.

Esto no fue una “reapertura” y dudamos mucho de que quienes emprendieron la acción sean “anarquistas” ya que a lo mucho son, como ellos mismo aseveran, “individualidades” que han asumido una falsa y torcida concepción de autonomía y autogestión en perjuicio de una parte importante del movimiento social que en este momento lucha y se organiza para resistir ante la ofensiva neoliberal en contra del pueblo. De esta forma, las “individualidades y colectivos” que efectuaron la “reapertura” están, queriendo o sin querer, poniéndose del lado del Estado.

¿En qué escenario sucede la “reapertura” del Aud. Ché Guevara?

El 6 de febrero del año 2000 la PFP entró al campus universitario para romper la huelga que mantuvo el CGH en defensa de la educación pública durante casi 10 meses. La PFP destruyó casi por completo el auditorio Ché Guevara y éste se mantuvo cerrado durante algunos meses hasta que el movimiento estudiantil lo recuperó e intentó convertirlo de nuevo en un centro organizativo del movimiento, pero el reflujo y el grado de descomposición alcanzado por el movimiento estudiantil fueron marcando la pauta para que otros grupos comenzaran a adueñarse del Auditorio.

Desde mediados del 2001 hasta el año 2009, el Auditorio Ché Guevara estuvo ocupado por otros grupos pretendidamente anarquistas, afines a quienes el pasado 19 de diciembre llevaron a cabo la “reapertura”. Como muchos recordaremos, todos esos años el Auditorio estuvo prácticamente cerrado al movimiento social y, sobre todo, a los estudiantes de la UNAM. El grado de lumpenización y descomposición que alcanzó el Auditorio y quienes en él habitaban (con el pretexto de mantenerlo “okupado”) fue muy alto.

Con el pretexto de que “de ahí sale para otros proyectos” (de los cuales nunca se supo nada) el Auditorio Ché Guevara fue convertido por sus “okupantes” en una suerte de bodega y salón de eventos, con venta de alcohol y drogas en su interior, todos los fines de semana. Y ésta, queremos dejar bien claro, no es una “crítica moralista” como se ha dicho. Es sencillo: como integrantes del movimiento social consideramos que es necesaria cierta ética política para poder ser consecuentes con nuestros ideales y objetivos, por muy “libertarios” que estos puedan ser.

En el año 2009 esta situación de descomposición al interior y exterior del Auditorio fue utilizado por las autoridades de la UNAM y, sobre todo, por el sector más reaccionario de académicos y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras para llamar a la “reapertura” (¿casualidad?) del Auditorio Ché Guevara. Reviviendo, para variar, el gastado “argumento” de que “no se llama Ché Guevara es Justo Sierra”, la derecha más recalcitrante de la FFyL se lanzó al ataque contra el conjunto del movimiento estudiantil y social a través de una campaña de ataques difamatorios.

Afortunadamente los estudiantes organizados pudieron hacerle frente y revertir esa campaña de ataques por parte de las autoridades de la UNAM para después retomar el trabajo político, cultural y académico en el Auditorio Ché Guevara. Desde finales del 2009 la Coordinación del Auditorio Ché Guevara, en la cual participamos como OLEP, ha venido intentando dotar de vitalidad al Auditorio, ya que desde mucho tiempo atrás éste ya no cumplía con el objetivo de ser un espacio donde la actividad político fuera la fundamental y se había convertido, por la vía de los hechos, en un antro, un centro de vicio y negocio para quienes lo “okupaban”.

Con altas y bajas, la Coordinación del Auditorio Ché Guevara había mantenido un trabajo constante los últimos 4 años. Eventos culturales, cineclubs, debates, foros, asambleas masivas y eventos académicos se han llevado a cabo sin cesar prácticamente todo este tiempo; eso hasta poco antes del pasado 19 de diciembre. No ha sido fácil enfrentarse al constante acoso, hostigamiento y boicot por parte de la autoridades de la UNAM y de la FFyL y, casualmente, de quienes dicen desarrollar “trabajo autogestivo” en el Ala Norte del Auditorio, pero se ha trabajado sin reservas por revivir ese espacio y abrirlo de verdad para los estudiantes universitarios y el conjunto del movimiento social.

El hostigamiento de las autoridades ha llegado al nivel de amenazar a profesores universitarios, participantes de foros y coloquios dentro del Auditorio, con la recisión del contrato. Ante esta amenaza han sido pocos los profesores y estudiantes de la FFyL que se han atrevido a participar organizando alguna actividad o jornada académica y/o cultural dentro del auditorio. A pesar de esto son muchos los estudiantes que entran al auditorio para diversas actividades y, sobre todo, estas amenazas no habían detenido el trabajo de la Coordinación durante los últimos cuatro años.

¿Cuál es el objetivo de las autoridades y por qué tanto odio al Auditorio Ché Guevara?

Lo que las autoridades querían en el año 2000, en el 2009, y siguen queriendo hoy día es “reabrir” el Auditorio Ché Guevara y convertirlo en una instalación más de la UNAM, lo cual dejaría de lado todo el proceso histórico de lucha y organización por el cual ha pasado el Auditorio. La “reapertura” del pasado 19 de diciembre de 2013 por parte de las “individualidades” pretendidamente anarquistas, no hace sino allanar el camino para una “reapertura” por parte de las autoridades. ¿A quién le conviene que vuelva a descomponerse y lumpenizarse el Auditorio como hasta antes del 2009? ¿A quién le conviene que el Auditorio Ché Guevara esté “reabierto”, pero cerrado al movimiento social y a los estudiantes?

Por ejemplo, en el 2000-2001 el objetivo de las autoridades universitarias era destruir, literalmente, el Auditorio. ¿Qué querían hacer con él? Dividirlo en cuatro pequeñas salas con el pretexto de que eran necesarias para los estudiantes de la FFyL. Hoy día, los pretendidos argumentos de las autoridades universitarias para controlar el Auditorio Ché Guevara no distan mucho de las que en aquéllos años se esgrimían.

Las autoridades jamás le han quitado la vista de encima al Auditorio Ché Guevara, aunque parezca lo contrario. La actual “reapertura” del Auditorio puede y va a ser utilizado por las autoridades para promover ahora una “reapertura institucional, validada ante la comunidad universitaria bajo el argumento falaz de la necesidad de consolidar dicho espacio como una instalación más de las que la UNAM tiene bajo su control y que son destinadas a la creación, expresión y promoción artístico/cultural de los estudiantes y académicos.

Dicha proposición es engañosa y amañada de antemano ¿Por qué? En primer lugar porque si el Auditorio llegase a quedar bajo la tutela de las autoridades universitarias, éstas lo transformarían en un espacio como la sala Nezahualcóyotl o la sala Silvestre Revueltas. Muy bonitas, sí, pero si se piensa detenidamente, se reconocerá que dichos centros culturales están destinados a una élite cultural muy definida dentro de la Universidad y son espacios totalmente desvinculados de los procesos sociales, además de que el pueblo no puede acceder a ellos (por más que la propaganda universitaria se desviva en hacernos creer lo contrario).

La expresión cultural que las autoridades pretenden fomentar no es aquélla que cuestione las condiciones en las que las y los universitarios desarrollan su vida, dentro y fuera de la academia. No se trata, pues, de centros culturales críticos frente a la realidad, sino de espacios destinados a reproducir la versión oficial de la cultura y el arte (que no está de más señalar, es la más sumisa de todas). Pero esto no es lo más importante. Dicho proyecto para retomar el control de Auditorio por parte de las autoridades, esconde su razón de ser fundamental.

¿Cuál era, y es, el objetivo real de las autoridades al pretender el control de este espacio? Desaparecer el Auditorio Ché Guevara como centro organizativo, del movimiento estudiantil; desaparecer uno de los auditorios más grandes de Ciudad Universitaria, donde pueden reunirse hasta 1000 personas a tomar decisiones colectivas en asambleas masivas; despojar al movimiento social de un punto de reunión y coordinación de sus luchas y, sobre todo, despojar a los estudiantes de la FFyL, y de todo CU, de su espacio organizativo histórico.

Hoy, el objetivo de las autoridades no es diferente. Por lo tanto, reiteramos la pregunta: ¿A quién le sirve esta supuesta “reapertura”? ¿Quién es el más interesado en que quienes llevaron al Auditorio Ché Guevara a la putrefacción durante el periodo 2002-2009 tengan el control de dicho espacio, nuevamente, por medio de esta cacareada “reapertura”? ¿A quién le conviene que se reactive la campaña difamatoria en contra del movimiento estudiantil y social en su conjunto?

Los estudiantes de la UNAM, los que nos consideramos orgullosamente universitarios e integrantes del movimiento social, consideramos que debemos trabajar para vincularnos con el resto del mismo. Así también, pensamos que un espacio físico no es importante por sí mismo, es importante por la práctica que desarrollamos en él y no podemos dejar que los discursos, por más “libertarios”, “autónomos” o “autogestivos” que sean, cierren en los hechos un espacio que, aun frente a las dificultades como la que hoy vive en torno suyo, seguirá siendo emblemático por el esfuerzo que hacemos en aras de aportar nuestras capacidades en apoyo a las demandas del movimiento social, de nuestro pueblo que hoy lucha contra un gobierno que lo orilla al hambre, la ignorancia, el desplazamiento forzado de sus territorios, la servidumbre y la semiesclavitud: esto es lo urgente.

Organización de Lucha Estudiantil y Popular (OLEP)

Ponte en contacto con nosotros: olep.contacto@gmail.com

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