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Comunicado de la toma de rectoría en UAM-X

Jueves 7 de noviembre de 2013

México, Tenochtitlan a 6 de noviembre de 2013

CASA ABIERTA AL PUEBLO

A la comunidad de la Universidad Autónoma Metropolitana

Al Pueblo en general

A los jóvenes trabajadores

El día de hoy hemos decidido dar un paso adelante en la construcción de una universidad incluyente, empoderándonos como estudiantado, que durante mucho tiempo ha sido ignorado, nuestro actuar es consecuencia de entender que nuestro trascender en la universidad no se da papel mediante, sino como actores, constructores de una universidad verdaderamente universitaria, en el sentido más amplio. Arquitectos de un destino conjunto, actores del devenir social. Como una página más en el memorial de agravios, que se extiende en los distintos sectores y unidades de la universidad; tomamos la rectoría de nuestra unidad como forma de protesta y demostración de fuerza, si nuestras voces no las escuchan nuestro actuar hablará, .

Hace más de dos años ya, que la dignidad de la comunidad de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco fue agredida por el afán de cumplir los intereses de grupos de poder que en ese entonces impusieron a Jorge Alsina Valdez y Capote como director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la unidad, desconociendo los designios de la comunidad, mismos grupos que llevaron a Salvador Vega y León a la Rectoría general de la institución y que el día de hoy pretenden repetir el agravio, desconociendo una vez más la voz del estudiantado. Respaldándose en la legislación universitaria y sus interpretaciones propias –interpretaciones del abogado general en turno, a quien la legislación le da dicha facultad-. Han legalizado los procesos ilegítimos ante la comunidad, esto no ha hecho más que lesionar y eliminar en buena parte la confianza en las consejerías y demostrar que los órganos y las vías institucionales no son parte de la solución, sino parte del problema, denotando un error estructural, que necesita ser subsanado con un vuelco en el seno de la institución misma.

Nos causa inquietud el observar la burda forma en la que una universidad con un amplio sentido social como la nuestra, se inserta en un contexto nacional como el que vivimos. En vez de hacerlo desde una postura crítica, legitima, amplia, dinámica, veraz, plural, conciente y consecuente, parece realizarlo de forma mecánica, entreguista, acrítica y mercantilizada, a manera de alineamiento con un régimen que no ha demostrado más que su autoritarismo y nepotismo al gobernar a oídos sordos para los intereses privados y de la clase política en un modelo neoliberal que en repetidas ocasiones ha demostrado ser caduco, elitista y exfoliante.

La UAM ha pasado a formar parte de las filas de instituciones reproductoras de los valores e ilusiones del capital, dejando de lado su desenvolvimiento humanista y libertador. Lo anterior queda demostrado en el pacto firmado por el ahora rector general Vega y León, durante su gestión en la unidad Xochimilco, en el cual se ha establecido el apoyo incondicional de la unidad en la “cruzada contra el hambre” entregando al alumnado que realizará servicio social en las filas de dicho programa. Además del silencio enmohecido ante las problemáticas al interior de su comunidad las cuales reflejan la internalización de conflictos macroeconómicos/políticos como la existencia de plazas temporales o estudiantes en pasantías en condiciones de precarización o casos de mayor preocupación por su inmediatez como es la privación de la libertad de uno de sus estudiantes, Iribar Ibinarriaga Ramírez –matriculado en la unidad Azcapotzalco- detenido arbitrariamente el pasado 2 de octubre.

Es nuestro sentir el que toda universidad –sobretodo siendo pública- debe avanzar al lado del pueblo al que pertenece. Hablar de democratizar es hablar de inclusión, del acceso de gran parte del pueblo -que hoy se ve excluido- al estudio universitario, a la producción de conocimientos y herramientas técnicas y teóricas que cambien la realidad. Es poder reflexionar los motivos por los que vastas capas de la población ni siquiera tienen como opción estar dentro de la universidad, y que aquellos que acceden no logran permanecer y abandonan sus estudios antes de obtener el ansiado título. Múltiples son los motivos por los cuales muchos se ven excluidos. Pensar cómo logramos una mayor inclusión, es pensar, también, en democratizar. Es sumar nuevas realidades, nuevas ideas que rompan con el continuismo de nombres e ideas que paraliza la creación de saber.

Asumimos como nuestra la propuesta de un gobierno verdaderamente autónomo, asambleario, amplio, horizontal, incluyente, donde toda la comunidad universitaria –trabajadores, docentes, estudiantes, familiares, etc.-, asuman su derecho y responsabilidad en la autodeterminación de su devenir. Detestamos la irresponsabilidad y enajenación de la democracia “representativa”, que delega responsabilidades en consejos, que tantas veces han dejado el sentir de la comunidad en comisiones

Por todo esto, comprendemos que democratizar no es una mera consigna, ni sólo implica reformar ciertos órganos institucionales de cogobierno universitario, aunque esa sea nuestra lucha prioritaria de estos días. Democratizar es llevar el pueblo a la universidad, en contra de los intereses del ajuste y la privatización. Democratizar es luchar por otra educación, y enfrentar la elección de rector es nuestro primer paso.

Exigimos cesen las actitudes antidemocráticas y autoritarias de los funcionarios, no guardaremos silencio, no seremos cómplices llevaremos esta lucha a sus ultimas consecuencias en su plano político jurídico y social.

Exigimos que el Colegio Académico de nuestra universidad se pronuncie por la libertad de nuestro compañero Iribar Ibinarriaga Ramírez.

“La victoria no es de los poderosos sino de los mejor organizados” Por una casa abierta al pueblo, Asamblea Estudiantil de la UAM- X y CLUAM-X.

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