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El alucinógeno: La resistencia de los pueblos es por todos y todas

Lunes 4 de febrero de 2013, por El ReVu

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El ejemplo más grande de amor por la humanidad y por la madre naturaleza, siempre lo han dado los pueblos originarios. Cuando la religión y la ciencia intentaron imponer sus dogmas, ellos y ellas resistieron, conservaron a lo largo de los años aquellos conocimientos milenarios que les fueron heredados por los abuelos de sus abuelos: entendieron que todos los seres y cosas en el mundo están conectados y, que si se daña a un solo ser vivo en un acto irracional, el tiempo de vida se agota.

Poco o nada entienden los capitalistas de este asunto, puesto que el tema les parece más romántico que “científico”, pero, ¿qué es la ciencia?, sino un intento de categorizar una parte de la realidad para entenderla, es decir, es una forma de ver la realidad con nombres pomposos, pero no es la única.

Lo que hoy nos venden en infomerciales, es lo que nuestras abuelas preparaban con una habilidad magistral juntando la cantidad exacta de las hierbas necesarias que funcionaban como analgésicos e incluso como antibióticos. Aunque les impusieron la religión, no pudieron exterminar sus formas de organización, así la fiesta patronal se vuelve el ejemplo emblemático de como las formas de trabajo comunitaria pueden servir para lograr objetivos comunes.

Ellos y ellas viven cuidando la tierra, el agua, el bosque, la selva, el aire, en resumen, protegen el patrimonio natural de la humanidad. Entienden que la tala de un solo árbol es un pulmón menos para el planeta y menos oxígeno para todos, por lo tanto los pueblos forman autodefensas para combatir a los asesinos del bosque. Comprenden que una hidroeléctrica afecta a la fauna de los ríos y lagos, por lo cual los pueblos se oponen porque afecta el ciclo de vida del mismo ecosistema. Entienden que unos molinos de viento matan comunidades enteras de aves, cambian la dirección natural de los vientos y generan energía limpia para empresas que solo contaminan, por eso los pueblos resisten, incluso dan su libertad y su vida por la defensa de su territorio.

Para algunas personas es escandaloso llamar asesino a un talabosques o a un empresario ¿Acaso no lo son? ¿Acaso no es un asesino aquel quien de forma irracional termina con una vida? ¿Acaso es más importante energía eléctrica para CEMEX que la vida de un ave o el patrimonio cultural de los pueblos?

Hoy, la embestida gubernamental se ciñe sobre los pueblos ikojts y binniza en el Istmo de Oaxaca, ellos y ellas resisten los embates policiacos y paramilitares de la empresa extranjera Mareña Renovables, que pretende imponer un megaproyecto eólico que no solo despojará a campesinos de sus tierras, además destruirá la conexión espiritual, cultural e identitaria que los pueblos han construido con su territorio.

¡BASTA YA DE AGRESIONES CONTRA LOS PUEBLOS IKOJTS Y BINNIZA!
¡RESPETO A LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS!
¡NO AL PROYECTO EÓLICO EN LA BARRA DE SANTA TERESA¡

Alucinando: Hay opacidad e invisibilización de los medios oaxaqueños sobre la represión que están sufriendo los compañeros en el Istmo. Contra el cerco mediático la red de medios libres de México seguirá resistiendo. Visítalos para más información acerca del tema

@elrevu

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