Portada del sitio > Represión > Presos políticos > El alucinógeno: Hasta para criminalizar son estúpidos

El alucinógeno: Hasta para criminalizar son estúpidos

Miércoles 12 de diciembre de 2012, por El ReVu

Mientras escribo esta columna, catorce compañeros, una mujer y trece hombres, pasan frio y hambre en distintas celdas de dos reclusorios en ciudad monstruo. Están ahí, porque pasaron en el lugar y momento equivocado, porque un grupo de policías decidió que tenían que culpar a alguien de una violencia que no estaban dispuestos a entender. Están ahí porque hicieron lo que muchos omitieron por miedo o indiferencia: alzar la voz ante el peligro que representa la imposición.

En un discurso repetido hasta el cansancio, el papel del verdugo otra vez lo ocupan los medios. Encargados de criminalizar la rebelión juvenil, cometen errores garrafales que solo dan cuenta de su nivel de estupidez y su mediocre ejercicio periodístico.
El lunes pasado, el diario Reforma mencionaba que un grupo de “anarquistas” de la Unión de la Juventud Revolucionaria México (UJRM) recibieron 300 pesos para causar vandalismo durante la toma de protesta del ahora presidente espurio Enrique Peña Nieto. Este dicho fue repetido en innumerables medios impresos y digitales.

Primer error, la UJRM es el brazo político juvenil del aún existente Partido Comunista de México Marxista-Leninista, sector que no solo NO es anarquista, incluso, en varios estados como en Oaxaca, es antagónico de los grupos libertarios al diferir de fondo en formas de lucha y posturas ideológicas. En momentos coyunturales de lucha marxistas-leninistas y anarquistas han confluido: juntos, pero no revueltos.

Segundo error, un anarquista, por definición, no aceptaría dinero proveniente del Estado, eso es propio de grupos de choque y paramilitares. El anarquismo camina en la construcción de formas de autonomía y de autogestión, luchando por la liberación de los presos políticos, en contra de las estructuras patriarcales del Estado y por los derechos de los animales, entre otras cosas; por lo tanto, el solo autonombrarse anarquista, no basta.

En la sociedad de la información, los hijos de la inmediatez son estúpidos. Los pseudoperiodistas no se toman la molestia de revisar la estructura conceptual y los significados de aquello que etiquetan y satanizan. La forma es más importante que el fondo en cada nota. Lo que provoca que la población más desinformada y dócil caiga en la trampa, legitime la información y, pida cárcel para un bolero, un profesor de primaria, una estudiante de enfermería, un biólogo, sin darles derecho de réplica, sin escuchar su versión de los hechos.

No es novedad que en México no hay justicia, pero no por ello nos vamos a cansar de seguir luchando. Mientras una y uno estén presos, todos y todas lo estamos. Faltan 14. Sigamos luchando.

Alucinando: La televisión les dice que se tienen que poner tristes y los mediocres lloran. Es tan lamentable la pérdida de una vida humana como el lucro que van a sacar de ella. Y pensar que toda la semana, por todos lados, vamos a tener que aguantar una serie de “tributos” y adulaciones falsas. Uta!!
@elrevu

Comentar este artículo