Portada del sitio > Movimientos > Estudiantil > Una nueva huelga en Chapingo, ¿casualidad o ineptitud?

Ya son 7 días...

Una nueva huelga en Chapingo, ¿casualidad o ineptitud?

(Versión resumida y actualizada)

Viernes 16 de marzo de 2012, por Iván Turkenich

Para nadie era un rumor que la huelga del Sindicato de Trabajadores de la UACh estallaría el pasado viernes 9 de marzo al filo de la media noche. Desde nuestro punto de vista, los estudiantes no estamos en posición de juzgarla a ojo de buen cubero la huelga de los trabajadores. Para aquellos que son detractores máximos de los sindicatos, debemos afirmar sin temor que formar sindicatos, sindicarse, los paros y las huelgas son derechos de orden constitucional e incluso son contemplados en el mismo Estatuto de la UACh y los comentarios que intentan denigrar a la huelga solo demuestran desclasamiento y una actitud tendiente al fascismo por parte de algunos estudiantes. Y es este punto dónde debemos ser más insistentes, un derecho es irrenunciable.

A los miembros de Antorcha Campesina, a los de antorchos de Chapingo más que a otros, les gusta repetir retóricamente que el Sindicato al estar en huelga “está violentando nuestro derecho a la educación”. Sin embargo, deben entender, los antorchistas y quien guste de repetir el mismo argumento que, ningún derecho esta por encima de otro. Cuando dicen que “un derecho termina donde empieza otro”, mienten. En dicho caso es el Estado o el Rector (que a pesar de ser elegido democráticamente es un representante del Estado) el que debe velar por los derechos, ningún ser humano viola derechos de forma individual, solamente el Estado y sus representantes están en posición de violentar los derechos de los individuos o de garantizar su disfrute.

No debemos olvidar que en 2009, hubo una huelga de 34 días por parte de ambos sindicatos de la Universidad (trabajadores y trabajadores académicos). Los últimos en levantar fueron los trabajadores a quienes, el Rector de ese entonces, Aureliano Peña Lomelí, les prometió realizar el estudio para la homologación salarial con los trabajadores de la UNAM y UAM, y llevar a cabo dicha homologación. Pero, ¿qué es la homologación salarial? La homologación salarial significa igualar el salario de los trabajadores de Chapingo con los trabajadores de la UNAM y la UAM que realizan las mismas actividades pero tienen salarios diferentes. La homologación lleva a un proceso similar que se llama Retabulación, lo que es hacer un nuevo tabulador para las categorías establecidas y el nuevo salario que les corresponderá a cada categoría.

Para llevar a cabo el proceso de homologación salarial, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) pide que se realice un estudio detallado para llevar a cabo el proceso. Dicho estudio tiene su propia metodología y su respectivo costo. La Rectoría, como representante legal de la Universidad, ha tenido tres años para llevar a cabo dicho estudio y gestionar el recurso para homologar a los trabajadores. Por alguna razón, desconocida tanto para los trabajadores como para la comunidad universitaria, dichas gestiones no se hicieron. Ni la anterior, de Peña Lomelí, ni la actual administración de Carlos Villaseñor se encargaron de dar cabal cumplimiento a los compromisos de la escuela y hoy vemos las consecuencias.

Razonemos de igual forma que el aumento salarial que cada año solicitan lo trabajadores de México responde a necesidades económicas de la clase trabajadora y de todos quienes con su trabajo mantienen en pie la economía del país. ¿Es entonces razonable un aumento al salario? Por su puesto que es razonable, de hecho los aumentos salariales deben de ser cada año más altos que la inflación, ya que la inflación en pocas palabras representa el valor que aumentan los precios de todos los artículos de consumo (básicos o no) en un país. Los aumentos salariales deberían igualar el aumento de los precios para retribuirle al trabajador la perdida del poder adquisitivo. Este año, como otros, resulta, ilógico y absurdo que el gobierno Federal imponga un tope salarial de 4.2% anual a los trabajadores de México –incluidos los académicos y trabajadores de Chapingo- cuando la inflación a apenas de enero de 2012 fue de 3.82%, hay que agregarle el aumento de precios de la canasta básica de casi un 80% y los nuevos impuestos que el gobierno se le ocurra crear en este año para inyectarlo a las próximas elecciones presidenciales. Veremos que realmente en nuestro país no hay aumentos salariales, todo lo contrario. Los trabajadores ganan menos cada año. Entonces la demanda de aumento salarial para los trabajadores, lejos de justificarse es totalmente valida.

Respecto al llamado “bono”, es algo secundario y ha sido usado por el Gobierno para distraer a los trabajadores de la verdadera demanda que los beneficie a largo plazo, es decir, un justo aumento salarial. De muy poco les sirve a los asalariados un bono único porque este no impacta absolutamente nada en el salario directo. Representa un pequeño paliativo al salario, y es precisamente la autoridad la que promueve la entrega de bonos a los trabajadores porque de esa forma puede escapar de realizar aumentos justos a los tabuladores vigentes.

No hay duda, que los compañeros trabajadores del STUACh resistirán en su huelga mientras lo crean conveniente. Ruegos, mentadas y la junta de firmas que encabezaron los Consejeros Universitarios Antorchistas (ayer 15 de marzo) para que “levanten la huelga” son por lo tanto INÚTILES. Pero seguramente serán utilizadas como herramienta por los Antorchistas para hacer como que defienden los intereses de los estudiantes, mientras acrecientan el poder político de su grupo en el Consejo Universitario, órgano colegiado que, junto con el grupo reyista, mantienen secuestrado.

Para regresar a clases nuestro deber es exigir la solución más justa a la huelga, una salida negociada al conflicto. El regreso a clases pasa necesariamente por resolver al sindicato sus demandas, parcial o totalmente. Ante ello, esta huelga se puede ir muy lejos, en la práctica se ha demostrado que no es impedimento el tiempo. En 1982, los trabajadores resistieron 72 días en huelga, esta vez ¿cuántos días está dispuesto el Rector de la Universidad a sostener la huelga? ¿O es intención de Carlos Villaseñor cansar al Sindicato y prolongar lo más posible la huelga para que la levanten por “hambre” y así cumplir su deseo de humillar aún más a los trabajadores?

Debemos entender también, que la autoridad siempre buscará tenernos separados y fraccionados, es así como logra imponer sus decisiones en la Universidad. Precisamente lo que a la autoridad le conviene es minimizar los errores propios y maximizar los errores de los trabajadores, o todo aquel que se manifieste contra ella. A estas alturas debemos entender, que si la huelga se prolonga, no será más que culpa de la actual Administración Central de la Universidad, que encabeza Carlos Villaseñor Perea, respaldado por el grupo político reyista y sus aliados antorchistas, encabezados por Abel Pérez Zamorano.

Se ha rumorado fuertemente que la SAGARPA ha designado 40 mil pesos para cada trabajador como compensación económica. De ahí que aunque sea solo un rumor el que si se tienen los recursos necesarios para poder ofrecer lo que los trabajadores solicitan, sin tener que afectar el presupuesto universitario, ¿por qué no solucionar este conflicto? La autoridad -los funcionarios- solo fungen como administradores de los recursos que la Universidad tiene, tienen que entender que el presupuesto universitario NO ES SU CAPITAL PERSONAL, ellos deben someterse a la comunidad y no nosotros a sus malas decisiones y sufrir por su incapacidad política y administrativa.

Finalmente nos encontramos ante dos opciones: apoyar al Rector, quien ha obrado jugando a ser un gran dictador pero ahora vemos que no es más que el escribano que toma nota de cómo aplicar lo que oscuros intereses le dicten en conveniencia de grupos bien definidos, y eso ya lo ha demostrado. La autoridad que por su incapacidad de negociación, nula gestión y ceguera política, ha provocado que otra vez nuestra escuela este cerrada. O el otro camino, apoyar la lucha de los trabajadores, que no quiere decir necesariamente que apoyemos sus demandas. Si no más bien reconocer que su lucha, no es espontánea, no es por gusto y es su derecho. Reconocer, en los hechos, que para que regresemos a clases, no bastan las buenas intenciones, se necesita resolver las demandas que los hicieron estallar la huelga.

Nosotros apoyamos a los trabajadores, porque sabemos que esta lucha es por reivindicaciones colectivas. La neutralidad política ha quedado desfasada, debemos exigir abiertamente que la Administración Central, la SAGARPA y la SHyCP solucionen las demandas de los trabajadores para que podamos regresar a clases. Solo el más rezagado reaccionario no entiende que el regreso a clases pasa por la solución a la huelga y está a su vez, se dará en medida que los trabajadores obtengan una solución justa por parte de la Autoridad.

Dos simples preguntas para esclarecer la estrategia de Rectoría: ¿Por qué durante la pasada huelga del STAUACh, el Rector reunió al HCU a los tres días de huelga para que este aprobara el depósito de pasajes? Porque quería dejar solo al STAUACh (numéricamente inferior que el STUACh) en las instalaciones de la UACh y, teniendo al STAUACh aislado, obligar a los académicos a negociar en las condiciones más desfavorables. ¿Por qué, pasados 7 días de huelga del STUACh, no se ha reunido el HCU, ni ha habido ninguna negociación resolutiva? Porque lo que a la Rectoría le conviene es alargar la huelga con nosotros presentes, negociar lo menos posible (¡la primera negociación programada será hasta el próximo martes! ¡11 días después de estallada la huelga!), que haya incertidumbre, fomentar conflictos entre estudiantes y entre estudiantes y trabajadores, dividir internamente al sindicato ante la perspectiva de una lejana solución y así obligarlo a negociar en condiciones desfavorables. Carlos Villaseñor quiere que seamos peones en su juego, no debemos permitirlo.

Hasta el día de hoy no hay negociaciones, el Rector está orillando a la Universidad a caer en franca descomposición, a los profesores esquiroles a comenzar a dar clases extramuros (en salones de fiestas, negocios alrededor de la UACh, taquerías y casas regadas por Texcoco), a los trabajadores a intensificar su lucha y a los alumnos a tomar posturas radicales. ¿Qué se apuntala desde la Rectoría? ¿El caos? ¿Una confrontación velada y/o abierta entre estudiantes y trabajadores? Se están esforzando en conseguirlo y lo están logrando.

Si aún le queda un poco de dignidad a Carlos Villaseñor Perea y de verdad respeta su cargo de Rector (aunque haya llegado a él de manera poco clara), éste debe de sentarse a negociar INMEDIATAMENTE con el STUACh, encontrar una salida negociada a este conflicto que ya acumula siete días de duración y amenaza con prolongarse aún más, debe dejar de azuzar a los estudiantes en contra de los trabajadores y cumplir con sus obligaciones como representante legal de la UACh. Si aún le queda un poco de Honorabilidad a los Consejeros Universitarios y en realidad pretenden representar los intereses de la comunidad universitaria, deben dejar de provocar a los trabajadores y presionar al Rector para que resuelva esta huelga cuanto antes, no deben lavarse las manos, ni amarrar las manos del Rector para negociar.

Queremos regresar a clases, que nadie lo dude, pero con dignidad y respeto entre quienes integramos esta Universidad de Educación Superior Agrícola, no con una Universidad más dividida y fraccionada por el odio y rencor que las autoridades y sus aliados antorchistas están fomentando entre estudiantes y trabajadores. Queremos que se acabe la huelga, pero con una salida negociada al conflicto.

¡Solución justa a la huelga, para el pronto regreso a clases!

Movimiento Cultural RevoluciónArte (MCRA)

Foro de Debate Político (FDP)

Marzo de 2012.

Comentar este artículo