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¡Ya Basta a la Violencia hacia la Mujer¡

Miércoles 14 de marzo de 2012, por julieta

En el marco del Día Internacional de la Mujer que Lucha, "mujeres y la sexta" realizó un acto político cultural en la explanada de Bellas Artes el sábado 10 de marzo. Te compartimos algunos testimonios que se pudieron escuchar.

- La voz de nuestras presas

María de Los Ángeles Flores

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Rosa López Díaz

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- Tortura Sexual: Mujeres Solidarias en Resistencia

Caso Atenco

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- Mujeres de Cherán en lucha por su Territorio y el Autogobierno

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- Entrevista a Compañeras de Cherán:

Iliana

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Herlinda

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Alicia

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Del mismo modo te compartimos esta crónica de lo sucedido en el evento.

Mujeres cuentan sus luchas: Cherán, Atenco, DF

x carolina

¡Ya basta a la violencia contra la mujer ¡ fue la consigna de un acto
con música, arte e historias de lucha celebrado el pasado 10 de marzo en
la explanada del Palacio de Bellas Artes en el marco del Día
Internacional de la Mujer. Convocado por Mujeres y la Sexta, Adherentes
a La Otra Campaña y a la Red contra la Represión y por la Solidaridad,
el evento destacó las palabras impactantes de mujeres que contaron sus
propias experiencias de lucha y resistencia desde Atenco hasta Cherán.
Mientras curaciones se realizaron por el grupo Salud y Conciencia, se
escucharon las palabras grabadas de la presa solidaria de La Voz del
Amate, Rosa López Díaz, desdeChiapas y de la presa política María de los
Ángeles Hernández Flores desde el penal de Tecpan en Guerrero.

Mariana Selvas habló de las raíces del Día Internacional de la Mujer
Trabajadora, de la mujer que lucha. Dijo que el día 8 de marzo se eligió
“en recuerdo y memoria de lo ocurrido en 1908 cuando aproximadamente
40,000 costureras industriales se declararon en huelga, demandando el
derecho de unirse a los sindicatos a mejor sus salarios, a tener una
jornada justa de trabajo, a recibir entrenamiento vocacional. Y junto
con estas demandas, manifestaron su rechazo a la explotación infantil en
las fábricas. Es durante esta huelga que 129 trabajadoras murieron
quemadas en un incendio ocurrido en una de las fábricas textiles en
Nueva York ya que el patrón de la fábrica las había encerrado para que
no se unieran a la huelga”.

**

*Las mujeres de Cherán: ‘Cuadra con cuadra, fogata con fogata’*

Las invitadas especiales eran tres mujeres que se levantaron en defensa
de sus bosques en el pueblo Purépecha de Cherán, Michoacán, el 15 de
abril de 2012.

“Como ustedes saben,” dijo la compañera Consuelo, “hace casi un año,
fuimos noticia en los medios nacionales e internacionales porque
nosotros decidimos poner un ‘hasta aquí’ al saqueo de nuestros recursos
naturales, de nuestros bosques, a la contaminación de nuestra agua. Y
nosotros pretendimos liberar nuestros territorios de la inseguridad que
nos está azotando a nuestro país a mano del crimen organizado. Nuestros
gobiernosno han hecho otra cosa más que asociarse con ellos y devastar
lo que es nuestro…. Decidimos dar justicia a nuestros hijos, a nuestros
árboles, a nuestros animales, a nuestras tierras…”

“Nosotros vivimos del bosque, del agua potable que viene de los pocos
manantiales que tenemos. Nosotros vivimos de la Madre Naturaleza, de
Cuerauáhperi, que es la naturaleza para nosotros. Nosotros defendemos
nuestra tierra y cuidamos nuestra tierra. Y mientras otros en los
bosques ven mercancía o dinero, nosotros vemos vida. Porque los árboles
son seres vivientes, igual que nosotros, solamente que no hablan,
solamente que no piensan, pero ellos a su modo se defiendan y se
regeneran. Ellos saben también que deben seguir viviendo y nos
necesitan. Necesitan que nosotros les garanticemos justicia. Y nosotros
necesitamos del bosque también”.

“Nosotras somos madres de familia, somos amas de casa que decidimos
poner un ‘hasta aquí’ e invitar a los hombres de nuestra comunidad a
poner un alto al crimen organizado, a organizarnos cuadra con cuadra,
fogata con fogata, vecino con vecino para garantizar la seguridad de
nuestros hijos, la de nuestros hombres y la de nosotras mismas…. Hemos
llegado a formar nuestro gobierno y nosotras no soloqueremos ser la cara
del movimiento,sino estar en puestas de responsabilidad donde nuestra
palabra sea escuchada. Queremos que nuestras hijas aprendan que nosotras
también podemos hacer un cambio, que aunque el sistema comunal ha sido
dominado por hombres, nosotras estamos peleando por nuestros espacios.
Estamos abriendo las puertas para exigir justicia para nosotras mismas
para conformar un gobierno en el que nosotras seamos parte de las
decisiones…”

La compañera Herlinda agrega que durante más de 10 años la comunidad
había padecido la explotación de sus recursos naturales: “No podíamos
hacer nada, ni los esposos, nadie de la comunidad. Acudieron al
presidente municipal que nunca nos hizo caso. Después estuvimos
aguantando. Hubo secuestros, humillaciones y muchas cosas más. Pero se
llegó el día en que nos propusimos a enfrentarnos a las malas gentes.Y
desde el 15 de abril estamos luchando. Tenemos nuestra seguridad y nos
sentimos muy a gusto. Nos dijeron que teníamos que taparnos la cara pero
no tenemos nada que esconder. Nosotras estamos defendiendo nuestro
pueblo, nuestros árboles, nuestras aguas. Seguimos adelante. No nos
volteamos para atrás. Vamos adelante. Las mujeres tenemos mucho valor.
No hay que desanimarnos. Aquí estamos”.

Otra compañera dijo que ella también había vivido la triste realidad de
sentirse impotente ante la fuerte embestida contra su pueblo: “Todos
teníamos miedo de enfrentar lo que estábamos viviendo. Nadie se animaba
a luchar por nuestros bosques. Todos estábamos aterrorizados. Estaban
destruyendo a nuestros bosques y después nos iban a destruir a nosotros.
Lo que más nos dolió era no poder hacer nada. Nos sentíamos impotentes”.

“Pero llegó un día cuando nos armamos de valor. Nos dijimos: ‘Tenemos
que luchar’. Y si no nos hubiéramos levantado, tal vez no estaríamos
aquí. Si hubieran visto en esos días, toda la comunidad en cada esquina,
en cada cuadra de nuestro barrio, de nuestro pueblo. Ahí encendíamos
nuestra fogata. Ahí hacíamos nuestras oraciones. Ahí le pedíamos a Dios
por nuestros bosques, por nuestras vidas, por todo lo poco que nos
quedaba. Y ahora seguimos luchando. Seguimos con nuestras barricadas.
Seguimos con nuestras fogatas en cada esquina para protegernos. Las
barricadas que tenemos en cada entrada de nuestro pueblo son para
revisar, para ver que nadie vaya a hacerles daño a nuestros hijos y
nietos. Dijeron que éramos malos, malas, por querer defender la
naturaleza. Pero si se acaba la naturaleza no vamos a tener agua. Hoy me
siento muy contenta porque nosotras empezamos a formar parte de un
gobierno en Cherán. Nunca pensé que yo estaría tomando un puesto. Y
ahora digo que todas podemos como mujeres, todas debemos de seguir
luchando, y vamos a seguir adelante. No nos vamos a desanimar. Queremos
seguir luchando”.

Consuelo cuenta más detalles de la situación que enfrentaban antes del
15 de abril y del proceso de lucha:

“Antes del 15 de abril cerca de 200 camionetas diario bajaban de
nuestros bosques. En menos de 8 meses devastaron más de 20,000 hectáreas
de bosque virgen. Y esta madera no está en las carpinteras de las
comunidades indígenas. Esa madera fue a parar en las grandes papeleras
transnacionales en el estado de Hidalgo, en el estado de Jalisco y en el
estado de Querétaro, a través de la asociación del crimen organizado con
los gobiernos del estado de Michoacán…”

“A cada una de esas camionetas el crimen organizado les cobraba
alrededor de mil pesos diarios por bajar madera, por garantizarles la
seguridad para que nosotros los dueños de este bosque no los
detuviéramos, para que nosotros no les quitáramos lo que es nuestro. Y
el crimen organizado a sus anchas les brindaba seguridad, señores”.

“Sentirse humillado, sentirse derrotado, avergonzado por no poder parar
al crimen organizado es que nos llevó a levantarnos, es que nos llevó a
decir un ‘Basta Ya’. Y los hombres de nuestra comunidad nunca se
animaron a ponerse al frente del crimen organizado porque estos no
juegan. Matan. Y están equipados con armamento de alto poder que no se
produce en este país”.

“Y nosotras en la madrugada del 15 de abril decidimos subir al bosque
para hablar con ellos, no para enfrentarnos y sin embargo nos
agredieron. Y sin embargo nos humillaron. Y sin embargo nos amenazaron.
A diferencia de los hombres, nosotros decidimos morir en el bosque para
no permitir la muerte de un solo árbol más”.

“No sabemos a donde esto va a parar pero estamos dispuestas a morirnos
por la tierra en la que nosotras nacimos. Nosotras ya vivimos pero
tenemos que garantizar la vida de nuestros hijos. Y no solamente
defenderlos del crimen organizado, sino garantizarles que tendrán agua,
que tendrán una tierra donde sembrarse maíz, que tendrán un bosque de
donde comer un día. Ésa es nuestra causa”.

“Por eso nos hemos recibido apoyo de grupos en Francia, en Alemania, en
España, en Italia, y por supuesto en México. Recibimos apoyo de los
migrantes de Cherán que están en los Estados Unidos. Aquí nos
atrincheramosy no permitimos el paso de ninguna persona ajena a nuestra
comunidad. Ahora nuestros hombres vigilan las entradas de nuestro pueblo
24 horas al día para no permitir la entrada ni de armas ni de droga ni
de vino ni de ninguna persona que intenta hacer daño a nuestra gente”.

“Nos organizamos un rondín comunitario que en otros lugares como el
estado de Guerrero se conoce como la policía comunitaria. Y nosotros
organizamos un rondín comunitario de los hombres de nuestra comunidad
basado en lo que es el prestigio y el honor como hombres de la cultura
Purépecha. Los hombres que pertenecen al rondín son 25 de cada barrio.
Somos 4 barrios. 200 hombres vigilando nuestro pueblo, nuestras tierras,
nuestro bosque. Nosotras las mujeres cuidamos nuestras cuadras para que
no entren personas ajenas a la comunidad”.

“Los primeros meses del movimiento fueron meses muy difíciles. No
teníamos agua que tomar porque nosotros mismosnos encerramos. El
alimento empezó a escasear. No teníamos dinero. No podíamos salir porque
nuestras cabezas tenían precio. El crimen organizado en las comunidades
indígenas de alrededor ofrecía $10,000 pesos por hombre o mujer, niño,
joven o anciano de la comunidad de Cherán. Y nosotros no salíamos por
miedo. Nosotras nos atrincheramos y comimos lo poco que teníamos y nos
empezó a llegar la ayuda humanitaria. Durante 3 meses estuvimos sin
salir de nuestros pueblos. Los que trabajamos fuera de la comunidad
estuvimos 3 meses sin trabajar. La gente que se dedica al campo hasta el
día de hoy no puede ir a cultivar la tierra, ni siquiera traer leña
porque el crimen organizado todavía está en nuestros bosques y nos cazan
como si fuéramos venados, como si fuéramos coyotes”.

“De esta naturaleza es el impacto del crimen organizado en los pueblos
indígenas, compañeros. No solamente son los narco-bloqueos en la ciudad
de Morelia o en la ciudad de Guadalajara o en las ciudades del Norte del
país. Los pueblos indígenas estamos siendo ferozmente azotados por el
enemigo sin rostro. Y desgraciadamente en la actualidad nuestros
gobiernos se han asociado con ellos”.

“Por eso nosotros decidimos: ‘No más de los partidos políticos.’ Y sin
embargo, le exigimos al gobierno lo que por derecho nos corresponde—el
presupuesto federal y el presupuesto estatal para ejercerlo en nuestro
gobierno electo por usos y costumbres. Nosotras queremos tener autonomía
administrativa. Sabemos cuales son las prioridades en nuestra comunidad
en donde no se ve la autoridad de los partidos políticos, porque ellos
gobiernan para el compadre, para el amigo, para el vecino que lo apoyó.
Pero son mañosos. Intentan convencernos a votar por ellos, ofreciéndonos
igualdad. Y esto no existe en este país”.

“A nosotros como comunidades indígenas nos han marginado. Y no nos
hacemos víctimas de eso. Simplemente estamos poniendo en práctica lo que
siempre ha existido y el gobierno no quiere reconocer en ningunos de sus
leyes y mucho menos en la Constitución, en donde el Artículo Segundo
dice que nosotros tenemos derecho a auto-gobernarnos, a elegir nuestros
gobiernos, echando a andar lo que ellos le llaman la libre
determinación. Nosotros siempre hemos vivido en esto. En nuestra
comunidad siempre han existido dos tipos de gobierno: la municipalidad y
la comunalidad. Desgraciadamente la municipalidad había arrasado con las
instituciones comunales. Y nosotros decidimos, como nuestros
antepasados, nuestros abuelos, darle peso al gobierno comunal, a la
comunalidad que se rige a través de cuatro elementos principales: la
tierra, el poder comunal, el trabajo comunal, y la fiesta comunal.
Nosotros vivimos en base a estos cuatro elementos porque forman parte de
nuestra cosmovisión, porque forman parte de la herencia que nos dejaron
nuestros antepasados”.

“Y por eso nosotros la gente de Cherán tenemos la fama en la región
Purépecha de ser firmes con nuestros ideales, de defender lo que
creemos, pero sobre todo de poner en práctica lo que decimos. En nuestra
comunidad la gente no tiene la fama de ser rateros, de ser maleantes, de
ser cuatreros. Respetamos los territorios de nuestros vecinos indígenas.
Nuestros ideales los hemos aprendido de generación en generación de las
enseñanzas de nuestros abuelos. En la cocina y en la parranda nos
enseñan como respetar a nuestros mayores, a respetar a nuestras
autoridades, a criar y cuidad a nuestros hijos, qué hacer como mujeres
para que la familia siga viviendo. Y ahora también nosotras estamos
enseñando a nuestras hijas a defender su derecho. Ellas también tienen
que prepararse. Se tienen que salir. Se tienen que estudiar para que
regresen a su comunidad y construyan un mundo con justicia y dignidad,
con equidad, con justicia social, no en letras, no en leyes, sino en la
práctica, teniendo como base en la reciprocidad”.

“Compañeros que están con nosotras y que nos escuchan, ésta es nuestra
lucha. Defendemos nuestro territorio. Defendemos nuestra naturaleza.
Porque nosotros en ese territorio vivimos. El día que ustedes dejen de
tener agua, el día que ustedes dejen de tener bosques, entonces se darán
cuenta que el dinero no vale de nada, que con dinero no podrás comprar
la poca agua que te queda, que no podrás limpiar el aire tan contaminado
que respiras. El dinero tiene el valor que tú le das y para nosotros es
sólo un intercambio. En nuestra comunidad no hemos crecido con la idea
de hacernos ricos con el recurso natural que tenemos. Lo aprovechamos,
lo reciclamos porque lo tenemos que dejar a nuestras generaciones
jóvenes para que ellas sigan viviendo. Ésta es nuestra causa. Creemos
que es justa, creemos es digna”.

**

*Contra la tortura sexual:*R*egresarles la vergüenza a ellos*

Norma Osorio y Italia Méndez hablaron de las experiencias propias que
vivieron en San Salvador Atencohace casi seis años y de su participación
en la Campaña contra la Represión Política y la Tortura Sexual.

Norma leyó un documento que afirma que el operativo policial-militar
realizado el 3 y 4 de mayo de 2006 dejó un saldo que incluye los
asesinatos de Javier Cortes Santiago y Alexis Benhumea, allanamientos a
domicilios, el encarcelamiento de 207 personas y la tortura de todos los
arrestados. Dice que 21 mujeres de las 47 aprehendidas durante los
operativos denunciaron la tortura sexual que ocurrió en los traslados al
penal del Santiaguito en Almoloya de Juárez.

El 19 de mayo de 2006, un grupo de mujeres interpuso una denuncia
jurídica ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos
Violentos contra Mujeres (Fevim), dependiente de la Procuraduría General
de la República (PGR), para poner en evidencia la violencia del Estado y
sus estrategias de control social, pero la única respuesta de la FEVIM y
su sucesora la FEVIMTRA ha sido un respaldo a la impunidad. El proceso
en los tribunales tampoco ha resultado en la justicia.

“La impunidad es la marca de toda la investigación y ha cubierto desde
los autores materiales, policías federales, estatales y municipales,
hasta los que dieron las ordenes, aquellos oscuros personajes que
estuvieron detrás de los operativos, para muestra: el 12 de febrero de
2009 la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en su dictamen sobre el
caso Atenco, reconoce que prevaleció la flagrante violación a las
garantías individuales y abuso de la autoridad, sin embargo, a *Enrique
Peña Nieto*, Gobernador del Estado de México y *Eduardo Medina Mora*, el
entonces Secretario de Seguridad Publica Federal, se les deslinda de
toda responsabilidad del ejercicio de la fuerza pública argumentando que
la policía actuó por cuenta propia, diluyendo así la responsabilidad de
la cadena de mando y de los funcionarios participes, *Wilfrido Robledo*,
Comisionado de la Agencia de Seguridad Estatal y *Genaro García Luna*,
Director General de la Agencia Federal de Investigación, señalado como
el que planeo el operativo actuando bajo las ordenes de *Vicente Fox*,
el entonces Presidente de la República.”

Hoy en día once mujeres siguen como denunciantes, y en noviembre de
2011, La Comisión Interamericana de Derechos Humanos dio entrada a su
denuncia por tortura sexual presentada contra el Estado mexicano.

Norma Osorio explica que “La denuncia ha tenido alzas y bajas. Es mucho
tiempo. No es tan fácil estar aquí todo este tiempo. En algunos
momentos, algunas hemos ido y venido. No siempre estamos tan fuertes
para continuar. Las actividades en esta denuncia han sido muy difíciles.
A veces no nos sentimos totalmente seguras de estar participando, sobre
todo porque es muy emocional, porque nos duele mucho lo que pasa a la
otra y que ha pasado a nosotras y tenemos que estar recordando. Hemos
tenido que ir a muchas partes para hablar de esto que nos sucedió y
hablarlo una y otra vez, y podría parecer fácil porque ya lo hemos dicho
tantas veces, pero no es así. Siempre es difícil. No siempre estamos
dispuestas a ir a sentarnos al frente de un grupo de personas que ni
siquiera nos está escuchando. Es difícil. Pero siempre hemos encontrado
el apoyo de la otra. Somos once mujeres que, a pesar de todo, seguimos
resistiendo. Y creo que a pesar de lo que pueda decir un tribunal, a
pesar de lo que pueda decir cualquier corte internacional, seguimos
juntas y seguimos resistiendo, y ésta es la victoria de esta denuncia.
No necesitamos pedirle nada a nadie porque nosotras ya logramos un
montón de cosas estando juntas, y estar acompañada de ustedes, de la
Otra Campaña, de todas nuestras compañeras, para mí y para nosotras,
esto ya es una victoria”.

Italia Méndez afirma que aparte de la denuncia jurídica, ellas
participan en un esfuerzo mucho más rico que es la denuncia social, que
han realizado prácticamente desde el primer momento. Explica que al
llegar al penal, después del largo viaje en camión desde Atenco, cuando
vivieron todo tipo de tortura sexual, las mujeres tuvieron la
oportunidad de abrazarse, empezar a curar sus heridas y platicar sobre
todo lo que les había pasado. Pensaron que antes de levantar una
denuncia jurídica, lo más importante era exigir justicia en las plazas
públicas, en las organizaciones sociales.

Dice italia: “Sentimos mucho encabronamiento, mucha indignación por lo
que había ocurrido y dijimos, no tengo por qué ocultar mi rostro, no
tengo por qué ocultar mi nombre, porque yo no me avergüenzo de lo que me
pasó. Y era necesario regresarles la vergüenza a ellos, a los
perpetradores, a ellos, a los políticos, al mismo Estado que provocó y
que orquestó todo lo que a nosotras nos pasó en esos operativos”.

Explica que al hacer las denuncias públicas, las mujeres se dieron
cuenta que estaban llevando un proceso importante de justicia. “Nosotras
estábamos compartiendo con ustedes lo que nos había pasado, pero desde
un sitio distinto que no era la victimización. Pensamos que era muy
importante que ustedes nos oyeran, pero no desde el punto de vista de
‘pobrecitas, mira lo que les pasó porque nosotras provenimos de
movimientos sociales, nosotras venimos de colectivos, nosotras sabemos
que nos ocurrió esto porque el Estado nos ve como peligrosas. Toda
aquella persona que tiene un hilo, un atisbo de la libertad, que cree
que las cosas no estén bien, y cometemos un acto de libertad, el que
sea,nos convertimos en automático en un enemigo potencial del Estado. Y
el Estado intenta detener a toda costa esa visión de libertad que pueden
tener los seres humanos”.

Italia afirma que la tortura sexual se ha utilizado en el país durante
muchas décadas como una forma de represión para detener movimientos muy
fuertes. “Nosotras pensamos que era importante utilizar nuestro
testimonio, todo el dolor que habíamos pasado, como una herramienta para
analizar porqué el Estado sigue utilizando esas estrategias en contra de
los movimientos. Y ¿qué es lo que pasa cuando a una mujer utilizan su
cuerpo como campo de batalla? ¿Qué pasa en un operativo cuando las
mujeres somos violadas, cuando somos torturadas sexualmente? ¿Qué ocurre
dentro de nuestros colectivos y organizaciones? Empezamos a hacer una
reflexión. Empezamos a hablar con nuestros compañeros. Hicimos unos
avances importantes. En este camino de más de cinco años, hemos sentido
mucho miedo, hemos sentido mucha frustración, hemos sentido mucho dolor.
Y lo que nos ha mantenido juntas y con ganas de seguir luchando es
justamente porque creemos que el Estado nos quería tener totalmente
destruidas. Nos quería mandar a nuestra casa. Los policías cuando nos
torturaron nos decían ‘¿Saben por qué les está pasando esto? Por
revoltosas. Porque tú deberías estar en tu casa cuidando a tus niños’. Y
eran actos que nos parecían muy aberrantes. Y ahora yo lo recuerdo y
dolían más que los golpes. Afectaban mucho másmi integridad que la
propia tortura sexual, que implicaba golpes en genitales e introducción
de objetos a la vagina. Imagínense ese asunto pero que en la piel
quedara más allá de ese asunto, que ellos intentaron regresarme a un
lugar que yo sabía no era el mío. Mi lugar es junto con mis compañeros,
luchando por la libertad de este país.”

“Y hemos descubierto que la tortura no se va. La tortura se queda y nos
acompaña. Tenemos altibajos, pero lo que nos permite seguir adelante es
justamente saber que otras personas comparten nuestra lucha…. Ahora
nuestra lucha es muy focalizada con el tema anti-represivo, con el tema
de qué es lo que rompe dentro la colectividad esa herramienta de control
social que tiene el Estado. Pero finalmente tenemos un lugar en esta
lucha, la que tiene que ver con la transformación del mundo, de la vida
de nosotras mismas y de todos nuestros compañeros. Y esto nos alimenta
mucho para continuar. Nosotras nos reconocemos no como víctimas, tampoco
heroínas, sino como mujeres que nos tocó pasar un episodio muy duro y
muy fuerte. Quisieron ponernos en el papel de castigo ejemplar para que
nos quedáramos en nuestra casa. Nosotros éramos ejemplo para que
dejáramos de luchar. Y nosotras estamos aquí casi seis años después. Nos
resistimos a ser esa mujer estigmatizada, castigada, y seguimos
luchando. Y tenemos un papel importante que desarrollar pero no somos ni
fantásticas ni súper fuertes porque lloramos, porque tenemos miedo,
porque somos como cualquier persona, pero hemos aprendido a
desarrollarnos a pesar del dolor. Y lo hemos logrado por el
acompañamiento que hace cada una de ustedes y cada uno de ustedes. Les
agradecemos mucho”.

**

*Una lucha incansable*

La compañera Magdalena García Durán compartió sus experiencias de lucha
como mujer indígena, primero en las calles del Distrito Federal y luego
en la cárcel después de ser detenida en Atenco.

“Yo como mujer Mazahua, les voy a compartir un poco más de la lucha aquí
en el Distrito Federal que he dado como una mujer indígena. Nuestros
abuelitos llegaron aquí desde 1940. Caminaron todas estas calles y no
lograron gran cosa más que los discriminaron, que los despreciaron, que
los orillaron. Y nosotros quedamos como los hijos, como los nietos, como
los biznietos y aquí seguimos en la Ciudad de México”.

“Yo como mujer indígena, desde 1996 di una lucha incansable por una
buena educación, por la salud, por una justicia, por una vivienda digna,
por un espacio para trabajar. En varios de esas luchas, se logró algo
bueno. Para conseguir una mejor vivienda hicimos tantos foros para tener
viviendas más grandes en lugar de unos que son como cascarones de
huevos. Para la educación, si los niños no hablaron bien el español,
pues no tenían abiertas las puertas para que entraran a la escuela. Y si
no llevaban su uniforme, tampoco les dejaron entrar. Y para lo de la
salud, cuando nos veían así vestidos de nuestra vestimenta, pues nadie
nos quería atender. ¿Por qué? Porque pues nos decían que éramos indios y
que fuéramos a bañarnos y luego cuando regresamos no había doctores, no
había camas, no había medicamentos. Todo fue una lucha tremenda para
conseguimos carnet para atención médica. Y los espacios de vía pública,
que luego nos llevaban porque vendíamos manzanas o artesanía. Nos
llevaban, nos cortaban la trenza, nos echaban petróleo sobre nuestra
mercancía, y nos dejaban 15 días en la cárcel. Algunas mujeres
amamantaban a sus niños y se llevaron a los niños a otros lugares. Pues
es lo que me tocó vivir desde 1970 hasta 1996 cuando nos organizarnos un
poco más”.

“Y luego las compañeras de Chiapas se levantaron en armas y lucharon por
una vida digna, por una justicia, por todo eso. Y gracias a ellas,
nosotras volvimos a vestir con nuestra vestimenta que habíamos dejado
por tanto temor de la discriminación y porque nos ofendían y nos decían
un montón de cosas, y gracias a esa lucha volvimos a usar nuestra
vestimenta con mucho orgullo y llevar nuestra artesanía”.

“Para el 2006, cuando me llevan a la cárcel junta con todas estas
compañeritas, y mucha gente más, que no los conocía, ahí nos conocimos,
ahí me protegieron, ahí me cuidaron las muchachas, hasta Italia. Y ahora
la veo y me acuerdo que llegué sin un zapato y ella me busca una bolsa,
se quita su calceta, me la pone en el pie para que no me enfermara
porque estaba lloviznando. Pues es muy bonito porque nos solidarizamos
unas con otras, Norma, Mariana, todas, la verdad. Es muy triste, es muy
doloroso, pero también es muy bonito porque entre nosotras mismas nos
estábamos solidarizando. Y más cuando llegaban todos los jóvenes que
estaban afuera del penal, que todos nos gritaban y nos llamaban que nos
querían, nos cantaban nuestras mañanitas si estaba lloviendo o si hacía
frío o calor o de lo que fuera, siempre los escuchábamos afuera del
penal llamándonos por nuestros nombres. Y eso es el ánimo que nos dio
para ayudarnos seguir de pie”.

“Y pues sí, a veces nos deprimían pero teníamos que echarle ganas porque
sentíamos, o yo sentía, que el enemigo que tenía era un monstruo muy
grande que me quería aplastar porque era indígena. Tenía que echarle
ganas, trabajando, bordando, bordando esos sueños, esos colores tan
bonitos que tenía, hasta que se me olvidaba de lo que estaba pasando e
iba a seguir pasando, hasta que tuvimos nuestra libertad. Cuando salí de
la cárcel, ya nos habían despojado del espacio que teníamos y no nos
dejabantrabajar. Y otra vez volví a dar una lucha amplia junto con la
gente que nos quiere, con los de la Otra, con las mujeres, que están más
conscientes. Luchamos porrecuperar nuestro espacio y ahora estamos
trabajando ahí…”

“Y como dijo la compañera, si levantamos la voz y a ellos no les gusta,
nos tratan de callar con una crueldad que no se olvida nunca y nunca se
va a olvidar. Pero tenemos que seguir adelante. Tal vez en mi caso ya
voy de paso, pero nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros bisnietos
que van quedando, ¿a dónde van a trabajar?...Entonces la lucha se va a
seguir”.

**

*Combatir de raíz la violencia*

Dice Mariana Selvas: “Siempre he pensado que cuando se otorga un día de
reconocimiento o se levanta un monumento o se nombra una avenida o una
calle con un nombre especial, es porque tiene cierta intención. En este
caso, los organismos internacionales han tenido la vergüenza de crear
dos días dedicados especialmente a la mujer –el 8 de marzo y el 25 de
noviembre, tratando de limpiar las culpas de una historia llena de una
violencia y opresión en contra de nosotras sin hacer el más mínimos
esfuerzo por combatir de raíz esta violencia”.

“Las mujeres hemos mantenido una resistencia en contra del poder, en
contra de la represión y la explotación. La historia se ha ido
configurando, aunque no de forma visible, de mujeres que se han
levantado en contra del patrón, mujeres que han exigido a sus gobiernos
derechos ciudadanos, mujeres que luchamos en contra del capitalismo, que
han luchado por igualdad, por un equidad, por un respeto a nuestros
derechos, a no ser tratadas como seres inferiores o seres humanos de
segunda categoría….”

“¿Qué pasa en lo cotidiano? En lo cotidiano sufrimos la misma violencia.
Vivimos sumergidas en un mundo que nos oprime y nos violenta todo el
tiempo. Tenemos que mantener esa lucha, esa resistencia, en el lugar, en
el trabajo, en la escuela. Vivir en una sociedad implica una resistencia
constante ya que nuestro trabajo es menospreciado, y es que la mujer
tiene un rol de género que generalmente cree que debe cumplir. Esto
significa ser madre, ser esposa, ser atractiva físicamente, ser
inteligente pero sobre todo sensible, ser compasiva y tolerante, ser
buena amante con el cuidado de no parecer una zorra. Pero ser mujer no
es ni ser madre, ni ser hija, ni ser hermana, sino ser mujer es ser
libre y luchar todo el tiempo, haciendo una resistencia en todo momento,
desde que nos despertamos en nuestros hogares, en las escuelas, en los
trabajos, en todos los ámbitos tenemos que mantener esta resistencia y
esta lucha constante.”

“Los movimientos sociales, los espacios políticos de resistencia no
están exentas de esta violencia. Dentro de las diferentes
organizaciones, en las organizaciones, en las asambleas, las
manifestaciones, las marchas, los mítines… Como movimientos sociales no
podemos dejar de denunciar los actos de violencia contra la mujer, como
los feminicidios….”

“Mientras no identificamos al sistema patriarcal como un enemigo y no
combatimos las expresiones machistas que nos fueran impuestas, no
podemos hablar de justicia y mucho menos de libertad. Los feminicidios,
la tortura sexual, el menosprecio a los trabajos, la violencia a las
mujeres, son llevados a cabo porque vivimos en una sociedad patriarcal y
machista que así lo permite. Como compañeras y compañeros que somos, les
invito a que luchemos todo el tiempo destruyendo a las expresiones
machistas dentro de nuestras formas de relacionarnos. Seamos escépticos
de las certezas culturales y sociales que nos han impuestos. Imaginemos
otro mundo y construyamos otro mundo.”

“Para terminar, quisiera mandarles un saludo a las compañeras que dentro
de las cárceles llevan una resistencia, que no es nada fácil. Siempre
pienso en ellas. Va dedicado a las compañeras dentro de las prisiones, a
las compañeras trabajadoras sexuales, a las compañeras que en el camino
nos hemos encontrado, y a mi madre que también es mi compañera.”

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Ver en línea : kehuelga radio

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