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Pronunciamiento Frayba

Saludamos la Caravana al Sur del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad

Denunciamos el clima de violaciones a los derechos humanos y de impunidad que se vive en Chiapas y México.

Viernes 16 de septiembre de 2011, por Frayba

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México
15 de septiembre de 2011
Pronunciamiento

Saludamos la Caravana al Sur del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad

Denunciamos el clima de violaciones a los derechos humanos y de impunidad que se vive en Chiapas y México.

El día de hoy este Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) saluda el recorrido de la Caravana del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad por distintos pueblos de Chiapas y hoy en su llegada a San Cristóbal de Las Casas y Acteal, Chenalhó para encontrarse con la sociedad civil, manifestar y rechazar la violencia que se vive cotidianamente en México a consecuencia de la política de guerra implementada por el gobierno de Felipe Calderón que, hasta la fecha ha dejado un saldo de 50 mil personas, entre asesinadas y desaparecidas, además de comunidades desplazadas, sitiadas y que afrontan esta ola de violencia generalizada.

Chiapas no es la excepción en este clima de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, ya que éstas son cometidas en contra de Bases de Apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pueblos indígenas, migrantes, mujeres, jóvenes, niñas y niños; campesinos, sindicalistas, obreros, periodistas, comunicadores, usuarios de redes sociales y población en general.

Es por ello que denunciamos y visibilizamos la situación de impunidad donde la arbitrariedad, represión y sumisión son el sentido de la “democracia” de los gobiernos ya que las violaciones a los derechos fundamentales no encuentran cauce de justicia.

Desde el Frayba somos testigos de violaciones a los derechos en contra de pueblos indígenas y campesinos a su tierra y territorio que ancestralmente ocupan, en un intento de control para los intereses que responden a una lógica del sistema neoliberal que viola los derechos establecidos en los Acuerdos de San Andrés e instrumentos internacionales ratificados por el Estado mexicano.

Recordamos también, como lo hemos denunciado en diferentes espacios, que las y los defensores de derechos humanos en ejercicio de su actividad viven una situación de alto riesgo, con amenazas, represión y hostigamiento, porque se les quiere detener o inhibir la acción de defensa de derechos.

Por otro lado con el pretexto del combate a la delincuencia organizada el Estado hace uso del sistema judicial con acciones arbitrarias, correspondiente a un Estado policial y militar, en una lógica de guerra contra la población civil que se ve afectada en sus derechos a la libertad e integridad personal con actos como tortura, malos tratos, perpetrados en lugares clandestinos, oficinas de procuración de justicia e instalaciones de policías, con un claro objetivo inculpatorio. Luego son recluidas en un sistema carcelario, en el cual se suman violaciones graves a los derechos humanos, que repercuten en su círculo familiar y social, destrozando su proyecto de vida.
Aunado a esta cotidianidad de impunidad, están pendientes las deudas históricas, enmarcadas en los crímenes de lesa humanidad ocurridos en el territorio chiapaneco y cometidos por los gobiernos de Chiapas y México, en la implementación de una política de contrainsurgencia que ha dejado una situación de desplazamientos forzados, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales.

Hoy, en este espacio que nos permite nombrar a las víctimas de esta guerra oficial, recordamos tan sólo algunos costos que la guerra en Chiapas ha dejado en contra de la población civil; en Chiapas, el Frayba tiene documentados tan sólo en la zona Norte el asesinato de 86 personas, la desaparición forzada de 32 hombres y cinco mujeres; en la zona Altos la Masacre de Acteal (asesinato de 14 niñas, 19 mujeres, cuatro niños y ocho hombres); en ambas zonas (Altos y Norte) los ataques paramilitares, la ocupación militar y el manto de impunidad ha ocasionado el desplazamiento forzado de 12 mil 80 personas. No olvidamos y nombramos también las recientes masacres ocurridas en la comunidad de Viejo Velasco Suárez en el 2006 y la más reciente en el ejido Miguel Hidalgo, zona de Chincultik cometidas durante el ejercicio del actual gobernador Juan José Sabines Guerrero.

Por todo ello, el día de hoy queremos recordar a las personas que resistieron, que nos dieron enseñanza en esta lucha de largo aliento. Ahora nosotros y nosotras en Chiapas, tenemos la alta responsabilidad de honrar la dignidad de quienes han labrado el camino y sembrado esperanza por la vida, para defender los derechos humanos y decimos una vez más ¡Ya Basta!, ¡No Más Sangre! y estamos hartos de esta guerra generalizada contra la sociedad civil en todos los rincones de nuestro país.

Mientras vamos procesando nuestros dolores, seguimos apostando desde la organización, el hermanamiento y el encuentro, tal como sucede hoy con ustedes, para juntas y juntos ir construyendo pueblos y ciudades dignos que vivan a plenitud en paz, justicia y libertad.

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