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Consideraciones sobre la matanza de inmigrantes centroamericanos en México

Lunes 18 de octubre de 2010, por Isabel Martínez

El 25 de agosto del año en curso fue perpetrado en San Fernando Tamaulipas un multi homicidio, la víctimas eran emigrantes centroamericanos que se dirigían ha Estados Unidos. Sin duda es muy grave lo acontecido, sobre todo si tomamos en cuenta que con anterioridad organismos de defensa de los derechos humanos nacionales e internacionales habían lanzado una señal de alerta por las agresiones de las que eran objetos los emigrantes centroamericanos en su paso por México. Cabe cuestionarnos el por qué hasta este momento les pareció adecuado a los medios masivos de comunicación poner en la mesa del debate nacional e internacional estos hechos tan deplorables.

En 2009 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos había señalado en su informe especial que los emigrantes centroamericanos eran objeto de agresiones por parte de los Zetas y Mara Salvatrucha al amparo y complicidad de funcionarios mexicanos. Así mismo, Amnistía Internacional confirmó lo dicho por las organizaciones mexicanas en su informe Victimas invisibles, migrantes en movimiento en México.

Antes del 25 de agosto a los gobiernos de México y de los países centroamericanos parecía importarles muy poco la suerte de los emigrantes en su paso por nuestro país. La comunidad internacional mostró su indignación ante estos hechos.

Los norteamericanos manifestaron de inmediato que podrían ayudar a México. Fue el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley quien señaló: “Estamos dispuestos a ayudar a México si necesita asistencia”, también agregó que los grupos criminales tratan de minar las instituciones democráticas en México y que ellos están comprometidos en apoyar a México, y a cualquier país, en su lucha contra el narcotráfico.

Parece que la intención de hacer público este lamentable hecho se debiera más que a razones humanitarias al deseo de generar una opinión pública en los mexicanos favorable para que nuestro gobierno solicite el apoyo extranjero, sobre todo el norteamericano, aún cuando esto signifique violar nuestra soberanía.

No debemos olvidar que desde el año 2000 a Estados Unidos le ha servido como pretexto la lucha contra el narcotráfico para intervenir militarmente en Colombia. A pesar de la decidida intervención norteamericana, Colombia es hoy el primer productor de hoja de coca en el mundo. De poco o en nada ha servido esa ayuda.

Por otra parte, cabe señalar que el gobierno norteamericano no puede desligarse de la política anti inmigrante mexicana. Pues fueron ellos los que en abril del 2001, durante la administración de George Bush y de Vicente Fox, acordaron que el gobierno mexicano establecería mayores controles para evitar la emigración centroamericana hacia Estados Unidos. Ellos son tan culpables como el gobierno mexicano de la muerte de los 72 emigrantes centroamericanos en Tamaulipas.

Podemos decir que para los gobiernos de México, Estados Unidos y del resto del mundo no es un problema la muerte de miles de seres humanos, porque el número de emigrantes centroamericanos muertos en su paso por México ya haciende a miles, mientras estas no puedan ser usadas como pretexto para implantar políticas que violan la soberanía de las naciones y atentan contra las garantías de los ciudadanos.

La actuación de los medios resulta a todas vistas sospechosa porque parecen empeñados en constituir una opinión pública favorable a la intervención norteamericana, poniendo como incompetentes no sólo al gobierno mexicano sino a los mexicanos. De llegar el apoyo norteamericano seguramente las labores que haría serían más de contrainsurgencia que de combate al narcotráfico, igual que ha ocurrido en Colombia.

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