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Ahora son viento de libertad!

Gloria Arenas Agis y Jacobo Silva Nogales afirman el derecho a la rebelión

Charla en Casa del Lago

Sábado 14 de noviembre de 2009, por carolina

Gloria Arenas Agis y Jacobo Silva Nogales afirman el derecho a la rebelión

Desde que los dos ex guerrilleros del Ejército Revolucionario del
Pueblo Insurgente (ERPI), Gloria Arenas Agis y Jacobo Silva Nogales,
salieron de prisión la semana pasada, sus familiares y compañeros han
organizado una serie de eventos para festejar su libertad.

El domingo 8 de noviembre fueron recibidos en un acto cultural
organizado por CLETA en el jardín de la Casa del Lago. Después de una
presentación teatral que trataba de los niños de la calle, completa con
una animada interpretación de “Thriller”, los dos compañeros recién
liberados expresaron su gusto de estar con la gente en el aire libre
bajo los árboles. Respondieron de manera informal a las preguntas en una
entusiasta asamblea de alrededor de 100 personas, y cada respuesta
provocó aplausos.

“Existe la prisión política en nuestro país”, afirma Gloria, “aunque no
creemos que exista o pensamos que es cosa del pasado”. Explica que hay
gente en prisión, no por ser criminal sino por su lucha social, mientras
los que han cometido los peores crímenes están libres.

¿De qué los acusaron?

Detenidos el 19 y 22 de octubre de 1999, respectivamente, los dos fueron
torturados y acusados de una variedad de delitos incluso homicidio
calificado, daños a propiedad ajena, sedición, motín y rebelión.

Dice Jacobo: “Reconocemos que éramos guerrilleros. Somos orgullos de
eso. Sí, disparamos a vehículos militares, pues nos habíamos levantado
en armas”.

“Nunca hemos negado la rebelión, la rebeldía”, dice Gloria, y agrega que
es común que el Estado agrave los cargos de los presos políticos, como
en el caso de Ignacio del Valle, acusado de secuestro equiparado, para
que la gente piense que es un criminal peligroso.

¿Tenemos el derecho a luchar para cambiar el país?

“Sí,” dice Jacobo, “tenemos ese derecho aunque hay ciertos artículos que
dicen que la rebelión es delito”.

¿Por qué era necesario tomar las armas?

“Nadie toma las armas por gusto”, dice Gloria. “Qué nos obligó a
tomarlas? Qué les obliga a la gente a tomar tierras o a marchar? ¿Por
qué arriesgarnos tanto? Por la dignidad. Sí, por la pobreza, por la
miseria, también, porque en muchas comunidades no hay nada, ni siquiera
para estudiar o terminar la primaria. Por no querer que esto siga igual.
Y no es sólo para nosotros o nuestras familias. Es para todos. Somos
muchos. Somos la mayoría. ¿Por qué vamos a permitir que nos arrebaten
las tierras, los recursos, el país entero? Que cada quien haga lo que
pueda, que ponga su granito de arena”.

Dice Jacobo: “Vas al campo y ves que la gente nada más come tortilla con
sal. Nos indignó. También los campesinos mostraron solidaridad con
nosotros. Antes de ser guerrillero, andaba yo con unos amigos por ahí, y
la gente sencilla nos llevó a su casa, nos dio de cenar. Compartió lo
poco que tenía. Nos dio consejos”.

¿De dónde son y cómo empezaron a luchar?

Gloria es de Veracruz y Jacobo de Oaxaca. Dice Gloria que cuando estaba
en el movimiento social, supo que hubo presos políticos y que ella
podría ser uno de ellos. Visitó a la sierra y sintió que era otro mundo,
como si “retrocediera 500 años”. Ver tanta miserea resultó insoportable
y pensó que ella podía hacer algo para cambiar la situación de una
manera. Cuando la gente empezó a rebelarse de manera pacífica contra el
desprecio, Gloria participó y fue desaparecido durante cuatro días. Dice
que afortunadamente, ella fue liberada pero que muchas otras personas
quedaron desaparecidas. Ante el hostigamiento, encarcelamientos y
atentados contra los compañeros, ella pasó a la clandestinidad, “no por
valiente, sino por miedo a la cárcel”, dice con modestia. Tenía que ver
por su hija y consideró que sólo podría seguir con sus ideales en la
clandestinidad. Agrega que muchos siguieron en el movimiento pacífico y
que hubo cientos de asesinados y desaparecidos.

Jacobo responde que él no inició su lucha en el movimiento social sino
que fue directamente a la guerrilla. Había vivido la pobreza y
participado en unas pocas marchas, pero en vista de la situación, tenía
la convicción que no hubo otro camino excepto ir directo a la sierra
para hacer la revolución. Quería hacer algo para cambiar las condiciones.

¿Qué les motivó a asumir su propia defensa legal?

Dice Jacobo: “No sabíamos nada de derecho”. Tenían que depender de los
abogados y no estaban satisfechos con el proceso, por eso aplicaron el
principio de la auto-defensa en el terreno jurídico: “Defiéndete a ti
mismo”. De la misma manera que el guerrillero le quita el arma al
soldado, el preso puede quitarle al sistema jurídica el arma de la ley,
explica el compañero. Empezó a estudiar, pero no tenía acceso a los
libros ni a las leyes relevantes, pero supo que el Artículo 137 del
Código Penal reconoce el derecho a la rebelión, y esto fue clave en
ganar el caso. Ironiza: “Cuando ya había ganado, me permitieron ver las
leyes”.

¿Cómo se mantiene la sonrisa tras las rejas?

“Dentro y fuera tenemos esta capacidad”, dice Gloria. Explica que en
prisión, el espacio es muy restringido, que sólo hay un pasillo donde
uno puede caminar. Afuera, en el metro hay más pasillos, pero también
más tensión, más carreras. Nos encontramos en un tipo de prisión sin que
nos demos cuenta. Sin embargo, afirma que podemos encontrar la
experiencia de libertad adentro y afuera, que sea a través del arte, el
canto, el trabajo con la palabra, etc. “La libertad está dentro de
nosotros”.

Para Jacobo, la sonrisa en una prisión de máxima seguridad es diferente.
Su hermana Elizabeth, quien le visitaba en prisión, le había dicho que
se le estaban endureciendo sus rasgos, pero él no tenía manera de
confirmar esto porque durante más de cinco años le fue prohibido ver su
imagen en un espejo. Dice que en esta situación la sonrisa es irónica y
puede ser de burla. Sólo es de alegría cuando uno ve a los seres
queridos. También puede ser una forma de resistencia, una manera de
vencer las rejas, porque a veces está prohibida. Su mensaje a un
guardia: “Pueden burlarse de nosotros todo lo que quieran pero al final
¿quién va a reír más? Soy libre. Tú eres el preso”.

¿Qué es lo que sigue? Van a seguir transmitiendo sus ideas?

Gloria responde que “Estamos no tanto para transmitir ideas sino para
aprender”. Dice que aprendió mucho de las personas que la visitaban en
prisión y que le dio la oportunidad de ver las cosas de otra manera.

Dice Jacobo que lo que sigue es la lucha aunque la forma es diferente.
Han estado en “la montaña verde de la guerrilla, la montaña gris de los
muros de prisión y ahora están en la montaña humana del movimiento”.
Afirma que salieron de prisión “por la fuerza de nuestra gente. Sería
muy ingrato si no siguiéramos”. Recuerda que tenía la fortuna de
convivir con Ignacio del Valle en Altiplano durante varios meses y
pregunta: “¿Cómo no tener el compromiso con él, con Héctor, con Felipe,
que arriesgaron la vida por defender sus tierras? Tenemos ese compromiso”.

Y una pregunta más después de la asamblea:
Ahora que se acerca el 2010, ¿cómo ven las prioridades del movimiento?

Dice Gloria: “Hay expectativas muy grandes para el 2010 y mucha gente
tiene deseos para lograr un cambio profundo. El reto para nosotros es
cumplir con estas expectativas”.

Dice Jacobo: “Hay que prepararnos para toda eventualidad. Tenemos que
estar listos”.

por Carolina

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